Con pedido de publicación por Imanol González Velázquez
Como se planteó en la campaña del ballotage Macri-Scioli, la elección no era de un apellido, tampoco la finalización y/o inicio de un proyecto político. Sino la definición de un modelo de estado para los próximos años.
Gran parte de lo que hoy nos sucede fue decidido en el Ministerio de Economía y Hacienda, como así también en el Banco Central. Dos entidades en las que recayeron las reformas político-económicas que hoy se llevan a cabo, pero que casi no aparecen en los zócalos de los noticiarios de mayor popularidad. Para ellos la única fuga fue la de los Lanatta, y no la de capitales denunciada por los “Panamá Papers”. Y esa fuga, cabe destacar, mata, hambrea y genera pobreza saqueando las arcas del Estado, el cual, se encuentra limitado a recaudar los pocos miles de pesos que aportamos laburantes como vos y yo; mientras los miles de millones de las grandes multinacionales y sus gerentes –incluido el actual presidente- se van a paraísos fiscales sin aportar un solo peso al fisco. ¡Así no hay déficit fiscal que se achique, ni Estado de Bienestar que aguante!.
Ahora, arranquemos desde el principio ¿Qué es el Estado de Bienestar? Pues bien, el Estado de Bienestar es un concepto propio de las ciencias políticas en el cual este, brinda servicios en cumplimiento de derechos sociales, a la totalidad de los habitantes de un país. Por eso es que en este tipo de Estado lo que hallamos, por ejemplo, es un sistema de subsidios para los servicios esenciales (agua, luz, gas, cloacas) a fin de garantizar su acceso universal. Obviamente que el Estado antes del 10 de diciembre, no era ideal. Aún los servicios no eran de acceso universal, y cuestiones como la formalización del trabajo, era una tarea pendiente que suponía la profundización de un modelo de país y no su retroceso y/o eliminación. De hecho, en plena campaña veíamos a un Macri levemente “kirchnerizado” prometiendo mantener lo bueno y modificar lo malo, porque sabía el rédito electoral que esto suponía ya que había derechos conquistados en estos 12 años de kirchnerismo que fueron gracias a la participación de la sociedad toda, la cual no estaría dispuesta a resignarlos.
Sin embargo, desde que el macrismo asumió el 10 de diciembre pasado hasta el presente, fueron 127.144 los despidos registrados, según un estudio realizado por la consultora Tendencias Económicas. Eso significa que el desempleo creció 78 veces en comparación con el mismo mes del año pasado y que en menos de 3 meses de gestión, la promesa de la Argentina del pleno empleo, había sido completamente deshecha. ¿Cómo fue que cambió tanto la situación de un año a otro? En el sector público se inició la ola de despidos, utilizando como justificativo la eliminación de la grasa militante, que con su salario era la responsable –supuestamente- del déficit fiscal del 7%. Dicho déficit, en realidad era del 2.5% según los economistas de los diferentes sectores políticos, quienes no contemplaban -como sí lo hacía Pratt Gay- las medidas a ser adoptadas por el gobierno entrante: La quita de retenciones a las principales multinacionales que manejan el negocio del agro y la mega minería. Las cuales dejarían -con esta medida- de pagar impuestos a la exportación; al tiempo que el gobierno de Macri le aumentaba las tarifas de luz, agua y gas, al trabajador. Decisiones que hicieron lo suyo para llegar a esa cifra. Obviamente nada esto fue magia y los
pequeños y medianos productores de las economías regionales, no verían un solo centavo de la bonanza que esta medida suponía, rompiendo con otra promesa de campaña, y estirando la brecha entre los más ricos y los más pobres.
Esta monumental transferencia de recursos, desde los sectores bajos a los más concentrados de la economía, aparejó medidas compensatorias para evitar que directamente el país se fuera al tacho en poco tiempo. La alegría de Pratt Gay en la foto que lo muestra luego de cerrar con los buitres, no es casual. Sabe que el hueco que hay a partir de dicha transferencia, está siendo cubierta con bonos de deuda externa a 30 años.
Si, tenemos tres décadas de hipoteca a ser pagada por las próximas dos generaciones que, como toda medida de gobierno, tiene sus perjudicados (nosotros) y sus beneficiarios (unos pocos, muy pocos). De hecho, se sabe que el ex empleador de Pratt Gay, el JP Morgan, se hará con una comisión que ronda los 20 millones de dólares por actuar de intermediario para que inversores extranjeros compren nuestros títulos de deuda. Pero haciendo un voto de confianza hacia el ministro, esperamos que este negocio no tenga nada que ver con su antigua relación laboral con el holding.
Y así fue que en estos pocos meses de gobierno, que ya parecen años por la cantidad de cosas que pasaron, te aumentaron exponencialmente las tarifas de los servicios esenciales, mientras ellos (repito) se la llevaron afuera durante más de 40 años, sellando el destino de aquel Estado de Bienestar que nos llevó más de una década construir.
El propio diario La Nación, quien difunde la idea del sinceramiento económico que te saca la plata del bolsillo, reconoce en su edición del 24 de Julio del 2012, que los argentinos tienen más de 400 mil millones de dólares en el exterior. Es más, profundizando en el tema, dice que la Argentina es el cuarto país latinoamericano que más dinero sin declarar colocó en el exterior según la organización mundial Tax Justice Network. Son 400 mil millones de dólares que no pararon a obra pública, educación, salud o el malogrado sistema de defensa.
Cuatro años después, este mismo diario buscando la ruta del dinero k, terminaría participando de una investigación internacional que identificó 13 sociedades off shore donde el presidente y su familia, tienen participación. Algunas de ellas funcionando desde 1982, año en el que Domingo Cavallo, por entonces director del BCRA, estatizaría las deudas privadas. Entre ellas las de los Macri. Si, otra vez tipos como vos y yo, pagando las deudas de los que más tienen, gracias a las decisiones de funcionarios a cargo del Ministerio de Economía y/o el Banco Central.
Punto y aparte merece la deferencia que tuvo con el presidente el diario La Nación, al avisarle al presidente con semanas de anticipación, el resultado de sus investigaciones. ¿Será que entre evasores se defienden? ¿O los más de 300 millones de pesos que le debe el diario al fisco, no son razón suficiente como para cuidar una alianza por hoy estratégica para el grupo mediático?
En fin, mientras vos y yo hicimos todo este recorrido, es bueno decir que un tercio de todos esos nuevos desempleados pertenecían al Estado y todos ellos estaban encargados, en mayor o menor
medida, de la implementación de un programa que a su vez garantizaba la aplicación de uno de tus derechos. Como lo fueron los programas del Ministerio de Salud, hoy desmantelados, y que nos permitían llegar a la patria profunda con servicios de odontología, obstetricia, oftalmología entre otros. Los cuales, estaban destinados a poblaciones de bajos recursos y con servicios de salud deficientes.
La lista lamentablemente continúa con un programa tan importante para nuestra educación como el Conectar Igualdad y el recorte presupuestario para las universidades a fin de justificar su futuro arancelamiento. Como así también los miles de despidos registrados en fabricaciones militares, ARSAT y Atucha; donde ingenieros y científicos deberán hacer de las suyas para poder sobrevivir en un país que los volvió a dejar de lado.
De todo esto, solo puede quedar una gran lección que servirá de experiencia para las elecciones que a futuro tengamos que tomar como pueblo, donde no nos dejemos separar nunca más por discursos mediáticos que, con una falsa moral, disfracen la protección de sus propios intereses. Y comprender que con nuestro voto, nunca podremos solucionar una cuestión judiciable, pero sí podremos trazar el camino que debe tomar nuestro país hacia el futuro; el cual nunca, bajo ninguna circunstancia, abandone la producción, el trabajo, la educación y la garantía plena de nuestros derechos.





