El ex presidente Alberto Fernández anunció en sus redes sociales la muerte de su perro collie. Evocó la relación que mantuvo con su mascota durante casi una década.
El ex presidente Alberto Fernández despidió este miércoles a su perro Dylan, el collie que lo acompañó a lo largo de su gestión en la Casa Rosada y que se convirtió en una figura pública durante su mandato.
“Fuiste parte de mi vida, dándome lealtad, alegría y ternura. Me regalaste una amistad incondicional que solo algunos humanos me han dado”, escribió el exmandatario en su cuenta de Instagram, donde publicó dos fotos de su mascota, una posando sola y otra junto a él.
Dylan, que había nacido en enero de 2016 y fue bautizado en homenaje al músico estadounidense Bob Dylan, murió luego de varios meses de complicaciones de salud. En los últimos tiempos, vecinos del barrio porteño de Puerto Madero, donde vive Fernández, lo habían visto desmejorado y con dificultades para caminar.
“Compartimos momentos maravillosos colmados de una silenciosa paz y otros llenos de alegría y bullicio. En los últimos meses te fuiste apagando y hoy, con mucho dolor, te despido”, escribió el ex jefe de Estado.
En su mensaje, el exmandatario cerró con una despedida personal y melancólica: “Mi entrañable amigo, gracias por tanto amor, que creo haber correspondido. Ahora correrás en algún paraíso en el que, seguramente, volveremos a encontrarnos. ¡Hasta siempre, amado Dylan!”.
Dylan y un perfil alto
Dylan fue mucho más que una mascota en la vida de Fernández. Durante la campaña presidencial de 2019, el collie se transformó en una suerte de símbolo afectivo y cercano del candidato del Frente de Todos. El propio Fernández impulsó la creación de una cuenta oficial en redes sociales (@dylanferdez), donde se compartían fotos y videos de la vida del perro en la Quinta de Olivos, en actos y en los jardines presidenciales.
El animal incluso fue protagonista de una peculiar “familia presidencial”: en junio de 2019 tuvo cuatro cachorros, entre ellos Prócer, que también vivió en Olivos. Meses después, la cuenta de Dylan presentó a Kaila, una de sus hijas, con la frase “¡Les presento a mi hija! Bienvenida, Kaila”, acompañada por fotos del entonces presidente junto a los perros. La mascota llegó a acumular casi 284 mil seguidores y fue parte del costado más cotidiano y afectivo con el que Fernández buscó mostrarse durante su mandato.
Tuvo compañía
En octubre de este año, el exmandatario había publicado un álbum titulado “Un día con Lennon y Dylan”, donde compartía escenas hogareñas junto a sus dos perros. Lennon, un cachorro recientemente adoptado y nombrado en honor a John Lennon, había llegado a su casa como compañía terapéutica para Dylan, cuyo estado de salud se había deteriorado según recomendación veterinaria.
“Hace mucho que no saben nada de mí. Les cuento que no ando bien de salud y llegó para hacerme compañía Lennon. Dylan y Lennon juntos, el sueño cumplido”, había escrito en septiembre, en una publicación que combinó humor, afecto y una velada referencia política.
El vínculo entre Fernández y su perro trascendió la intimidad doméstica para convertirse en parte de su narrativa pública. Durante sus años en el poder, Dylan fue protagonista de sesiones fotográficas, memes y campañas digitales que intentaron proyectar una imagen de cercanía y calidez del entonces presidente.
Incluso un adiestrador de Dylan, Ariel Zapata, fue designado a principios de 2022 como Director de Planificación Operativa y Centro de Monitoreo. Ese nombramiento generó polémica y acusaciones de la oposición en ese momento:
“Me importa un culo si es el entrenador del perro de Alberto Fernández, yo busqué al mejor y es él”, aseguró Aníbal Fernández en esos tiempos.
Dylan acompañó a Alberto Fernández en momentos de alta exposición, pero también en su etapa de retiro político, marcada por el bajo perfil y por las denuncias judiciales de su expareja, Fabiola Yañez.
En su despedida, Fernández eligió no hablar de política, sino de afecto: “Me regalaste una amistad incondicional. Ahora correrás libre, mi amado Dylan”.





