Después de nueve días de navegación, el buque ARA Bahía San Blas llegó este viernes a la base en la Antártida Argentina y realizó el desembarco de mercadería y de las 17 personas que invernarán en la isla durante 2017.
Casi unas 40 personas trabajaron en el proceso de descarga que debió realizarse con vehículos anfibios a rueda (tres VAR que se trajeron para la tarea) y una lancha de desembarco (EDPV, embarcación de propósitos varios), en guardias de cuatro horas por turno durante las 24 horas.
Se descargaron 50 tambores de nafta, 50 de JP1, un contenedor completo de carga frigorizada, medio contenedor de antecámara (carga no frigorizada), dos contenedores de carga general, un generador de energía, un sillón odontológico y un exotelediagnóstico, un monitor que transmite vía internet los signos vitales de un paciente al Hospital Naval en Buenos Aires.
La estrategia de abastecimiento y descarga responde a las características particulares que adquirió la campaña de verano 2016/2017 en la que el Gobierno nacional resolvió abastecer las bases con medios propios que, al no ser rompehielos como el buque Almirante Irízar, incendiado en 2007, pueden llegar sólo a algunas bases y fondear a cierta distancia en tanto que Marambio y Belgrano II serán abastecidas por aviones Hércules y aerolanzamientos, respectivamente.
El paisaje de la Base Orcadas es monocromático. Allí las rocas que forman el suelo son en su mayoría grises cruzadas por finas líneas blancas, y se combinan con el clima ventoso y cielos nublados que, como la mayoría de los días en esta zona austral de la Argentina, conceden apenas entre 12 y 14 días de sol a sus habitantes.
Las instalaciones de la Base tienen un edificio central, con un interior confortable y caluroso, donde están las áreas comunes: la cocina, el comedor, la enfermería y los camarotes. Es una estructura metálica, casi tubular, naranja que corta la monotonía del blanco y gris que la rodea, y suspendida a más de un metro de altura por una red de caños que la sostienen.
A su alrededor hay un galpón que funciona a modo de depósito, y hay varios edificios menores con fines operativos, también a menos de cien metros se ubica la casa que hospeda los equipos que diariamente deberá utilizar Sabrina Juárez, la meteoróloga del Servicio Meteorológico Nacional, desde donde hará observaciones de geomagnetismo.
Orcadas fue la primera base con ocupación del continente blanco y, para hacer honor a sus 113 años, se eleva y mantiene la Casa Moneta construida en 1905, que hoy funciona como museo. Es el museo más austral del mundo y allí se exhiben los viejos espacios de cocina de hierro y comedor, así como aves embalsamadas e instrumentos de geofísica utilizados antiguamente, muy distintos a los modernos equipos que hoy llegan a la base.
La tradicional ceremonia de puesta en funciones del traspaso de la Base a su nuevo jefe, el teniente de navío Marcelo Eduardo Palacios, fue encabezada por el jefe de Estado Mayor del Comando Antártico, capitán de navío Fabián Ramallo, quien relevó de sus funciones al capitán de corbeta e infantería de marina, Héctor Daniel Báez.
Tras la ceremonia se ofreció un ágape de recepción, y sin perder tiempo los entrantes y los salientes comenzaron con las reuniones para compartir la información con la que deberán trabajar el resto del año, hasta que otro grupo de 17 personas los reemplace.
Afuera, los pingüinos y los lobos de mar continuaban con su rutina de zambullirse en el agua fría y descansar en la tierra en grupos, ajenos a las tareas de esos visitantes que los acompañarán el resto del año.
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