1 de junio: Día Mundial de la Leche

La leche es un alimento esencial en la nutrición humana. Cada 1° de junio, el mundo conmemora su importancia nutricional, económica y social, promovida por la FAO desde el año 2000

● Argentina se ubica entre los países con mayor consumo per cápita de leche a nivel mundial.

Versátil y natural, la leche es uno de los alimentos más completos que existen. Presente tanto como ingrediente principal como en diversas preparaciones, forma parte de la alimentación diaria en distintas culturas, generaciones y momentos del día. Por eso, cada 1° de junio, el Día Mundial de la Leche celebra no solo su valor nutricional, sino también su rol clave en la salud, la producción y la vida cotidiana.

La leche es una fuente natural de energía gracias a sus hidratos de carbono, y también aporta minerales clave como el calcio, el fósforo y el zinc, fundamentales para la salud ósea y celular. En su perfil nutricional se destacan vitaminas esenciales como la A, C, D y varias del complejo B (B1, B2, B3 y B9 o ácido fólico). Además, contiene proteínas de alto valor biológico – como la caseína, la lactoalbúmina y la lactoglobulina – que el cuerpo utiliza para crecer, reparar tejidos y sostener funciones vitales1. Todo esto la convierte en un alimento completo y difícil de reemplazar.

A nivel global, la producción de leche ha aumentado en más del 77% en los últimos 30 años,pasando de 524 millones de toneladas en 1992 a 930 millones de toneladas2. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Argentina se encuentra entre los países con un consumo per cápita de leche elevado de 170 litros anuales3, junto con América del Norte, Armenia, Australia, Costa Rica, Europa, Kirguistán y Pakistán4. Con una producción nacional de 10.585 millones de litros en el último año5, queda claro que este alimento sigue siendo un pilar en la dieta de millones de familias.

Fabiano Hideto Ikejiri, Director General de MSD Salud Animal afirma que “Una vaca lechera en Argentina produce en promedio más de 20 litros de leche por día, aunque los tambos tecnificados pueden superar ampliamente esa cifra. Esto se traduce en que el país tiene un enorme potencial productivo en este sector y lo más alentador es que todavía tiene

mucho margen para crecer. Desde nuestro lugar, estamos convencidos de que el camino es acompañar al productor con herramientas basadas en ciencia, tecnología y prevención. Una buena salud animal no solo mejora el bienestar de los animales, sino que también potencia la eficiencia de los tambos, promueve sistemas más sustentables y asegura alimentos de calidad para todos los hogares”.

El valor comienza en la granja

Detrás de cada litro de leche hay una historia de decisiones, manejo y tecnología. El verdadero valor del producto final (su calidad, su inocuidad y su aporte nutricional) se empieza a construir desde el primer momento en que se cuida la salud del animal. Hoy, la tecnología permite que ese cuidado sea más preciso, más inteligente y más preventivo.

Una de las innovaciones más silenciosas pero revolucionarias en los tambos es el uso de sistemas inteligentes de monitoreo animal. A través de sensores colocados en cada vaca, esta tecnología permite registrar en tiempo real datos clave como la rumia, la actividad, el comportamiento reproductivo y posibles signos tempranos de enfermedad. Esa información se analiza con inteligencia artificial y se transforma en alertas claras y personalizadas, que el productor puede consultar desde su celular o computadora. Esto no solo permite actuar antes de que un problema se agrave, sino también optimizar la reproducción, ajustar la alimentación y mejorar el bienestar animal. Para el consumidor, todo esto se traduce en una leche más segura, producida con trazabilidad, prevención y bienestar desde el origen.

“Conocer lo que pasa en cada animal, incluso antes de que muestre síntomas visibles, es un cambio de paradigma. Nos permite actuar antes, prevenir pérdidas y tomar mejores decisiones sanitarias y reproductivas. Gracias a este tipo de tecnología, los tambos no solo ganan en productividad, sino que logran un manejo más eficiente, sustentable y enfocado en el bienestar animal. Es importante destacar que este sistema no está diseñado para diagnosticar, tratar, curar ni prevenir enfermedades. Para esos fines, siempre debe consultarse al veterinario. Además, los datos que se recogen y presentan no pretenden igualar la precisión de un dispositivo médico ni de instrumentos de medición científica, sino brindar una herramienta práctica de monitoreo y apoyo a la toma de decisiones” explica Gabriel Calderón, veterinario especializado en producción lechera y Gerente de Producto de Soluciones Tecnológicas para Ganadería de MSD Salud Animal en Argentina.

En un mundo donde la seguridad alimentaria, la sustentabilidad y la salud ocupan un lugar prioritario, la producción de leche no se queda atrás. Cuidar la salud de los animales, aplicar ciencia en cada decisión y apostar por tecnologías que mejoran la eficiencia ya no son estrategias del futuro: son prácticas del presente.

En ese camino, cada vaso de leche cuenta una historia que empieza en el campo, sigue en las manos de los productores y termina en la mesa de millones de personas. Celebrar el Día Mundial de la Leche es, también, celebrar una cadena que trabaja todos los días por un alimento más seguro, más inteligente y más humano.

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