EL FANATISMO Y LA ADMIRACIÓN QUE GENERA EN TODAS PARTES DEL MUNDO Y EN TODOS LOS ESTRATOS SOCIALES EL ASTRO DEL FÚTBOL ARGENTINO, ADMIRADO POR CHICOS Y GRANDES, ES RETRATADA POR EL FOTÓGRAFO GUILLERMO OTERO EN LA EXPOSICIÓN “LA MÁQUINA DE MIRAR” QUE INAUGURA ESTE JUEVES A LAS 18 EN EL CENTRO CULTURAL BORGES.
Mercedes Ezquiaga
“Fieles y peregrinos: todos quieren ser Messi” es el título de una de las series de fotografías, tal vez la más magnética, pero no la única que integra la exposición de este fotógrafo que suele capturar momentos fugaces, espontáneos, en diferentes viajes realizados por el mundo.
Una imagen en particular se viralizó en las redes sociales y dio una inesperada difusión a la muestra antes de que inaugure. Se trata justamente de la imagen que significó el puntapié de esta serie: en una escuelita de fútbol de Buenos Aires, 16 niños sentados en el césped de la cancha, atentos al profesor, visten camisetas de la selección argentina y del Barcelona. Quince llevan la casaca de Messi y, al costado, uno solo la de Cristiano Ronaldo.
“La serie nació hace tres años, cuando llevé al hijo de mi novia, por primera vez, a una escuelita de fútbol. Y cuando ví que todas las camisetas de los chicos eran de Messi, más de la mitad de Barcelona y el resto de la Argentina, me llamó la atención. Y como viajo mucho por el mundo, a cada lado que iba empecé a notar lo que Messi genera en todos lados. Por eso titulé a estas fotografías ‘Fieles y peregrinos. Todos quieren ser Messi'”, relató Otero en una entrevista con Télam.
La serie va del norte argentino hasta el pueblito Todos Santos de México, de Francia a Holanda y de Villa La Angostura a Barcelona, y en cada imagen, en su mayoría en blanco y negro, Otero retrata a numerosas personas que se identifican con el astro del fútbol argentino.
No hace falta ser un apasionado del fútbol para entender el contexto del fanatismo que Otero intenta transmitir en sus fotografías: Messi en todos lados. Todos sueñan con sus goles. Basta recordar la historia del niño afgano que se hizo una camiseta de Messi con una bolsa de plástico rayada de colores celeste y blanco, noticia que dio la vuelta al mundo.
“La variedad de situaciones y lugares en las cuales aparecen estas personas pone de manifiesto el grado de diseminación social y cultural de la figura del jugador, que excede ampliamente el universo deportivo. En las calles de Barcelona o en una cancha lejana del norte argentino, el fotógrafo encuentra a sus modelos, niños y adultos, unidos sin saberlo por una admiración que desconoce fronteras y que aproxima a estos habitantes de la aldea global en el sentimiento compartido”, escribió sobre la muestra Rodrigo Alonso, curador junto con Roxana Olivieri.
Pero además de las series de Messi, la exposición incluye las imágenes correspondientes a “El amanecer no dura toda la mañana, todas las cosas deben morir” y “Las cosas brillantes siempre salen de repente”, en las que Otero da muestras de ser un “cazador de situaciones y personajes”, ya que la mayoría de ellas surgen de la observación de la vida cotidiana: un sombrero extravagante, la marginalidad urbana, geometrías de un edificio, hilvanadas tan sólo por el interés personal.
“Mi defecto es mi cualidad -dice Otero-: soy bastante callado. Hablo poco y observo mucho. Toda la vida fui así, estoy sacando fotos sin cámara todo el tiempo, y sobre todo cuando sé que tengo la cámara a mano. La llevo a todos lados y me meto en todos los lugares, incluso en los que no debería. Y siempre encuentro historias de vida”.
En palabras del curador Rodrigo Alonso, “sus fotografías registran ámbitos urbanos y naturales, poblados y solitarios, turísticos y anónimos, familiares e ignotos, del interior y el exterior de nuestro país. Del cotejo de esta vasta producción surge una suerte de estudio sobre el mundo contemporáneo con su extraño sincretismo de regionalismo y globalización”.
Otero estuvo toda la vida ligado a la imagen. Primero, a los seis años, cuando participaba de los cursos del viejo Foto Club Buenos Aires y luego, de adulto, cuando fundó Metrovisión, una empresa líder de postproducción. Además, en cine produjo la ópera prima de Damián Szifron “El fondo del mar” (2003), y produjo, creó y dirigió el exitoso unitario “Conflictos en Red”, en 2005, para Telefé. En los últimos años se volcó nuevamente a su mayor pasión, la fotografía.
“La máquina de mirar” se podrá visitar en la sala 27 del Centro Cultural Borges, Viamonte 525 (CABA), del 11 de agosto al 4 de septiembre, de lunes a sábados de 10 a 21, y domingos de 12 a 21.
http://www.telam.com.ar/notas/201608/158555-muestra-fotos-todos-quieren-ser-messi.html