Por Dra. Ana Verónica Carballo de Suárez
¿Que vemos cuando nos miramos al espejo como país? … A pesar de las luchas internas que sufrió nuestra patria por las cuales San Martin no quiso participar, ya que no estaba dispuesto a derramar sangre entre hermanos. A pesar de eso hoy seguimos como el “Batelero de Virgilio”, y continuamos con las divisiones que tan mal hacen a este inmenso país, seguimos siendo rosistas o antirosistas, peronistas o antiperonistas, etc., y así sucesivamente vamos sumando divisiones estériles e inútiles ya lo decía José Enrique Rodo en “Magna Patria” “¿Dónde hallar la fuerza de la naturaleza o la voz de la razón que sean capaces de prevalecer sobre las artificiosas divisiones humanas?,. Que es lo que queremos Ser?: Ser un país de empleados o un país de ciudadanos innovadores, emprenderos y creativos. Ser un país que está esperando el nuevo gobierno, para ver que rédito sacaran de él, que nuevo contrato con sus respectivos beneficios, que nuevo subsidio, que nueva dádiva obtendrán, que nuevos descuentos o bonificaciones, o ser un país de ciudadanos comprometidos, verdaderos ciudadanos participativos. Ser un país que se arrodilla ante el poder y que se siente esclavo de los políticos de turno, o ser ciudadanos que entienden que sus representantes en el poder son solo eso sus representantes y que la soberanía reside en el pueblo (como bien lo decía Rousseau en el Contrato Social) exigiendo rendición de cuentas a todos los que ostentan ese poder, y animándose, inquiriéndole como hace el bufón del Rey Lear. Ser un país que busca las historias de victimización acentuando así sus desvastadoras sensaciones psicológicas, o ser un país de cara al futuro con ciudadanos que luchan por progresar y dejar una huella en su país aprovechando el tiempo que se le da en gracia para volcarlo en beneficio de la humanidad. Ser un país donde lo único que no se pone en tela de discusión es el salario de las élites de gobierno o ser un país donde el sacrificio por el bien común es mancomunado. Ser un país que va de reforma en reforma o ser un país que encara la verdadera transformación de fondo, que piensa que la acción individual y colectiva si sirve. Ser un país con personas apáticas, antipáticas o indolentes sin interés en la cosa pública, o ser un país con ciudadanos que defienden sus derechos, se procuran en conocerlos y que sienten la obligación de devolver algo a la sociedad donde viven para tener así un país más justo y digno. Ser un país de solo vanos consumidores o ser un país donde los valores humanos y la cultura sobresalen sobre el consumismo. Ser un país donde hay muchos corruptos señalados pero tan pocos encarcelados o ser un país donde cada cual recibe en condiciones de igualdad las penas correspondientes. Ser un país que crea clientes a través de la educación mediocre que propugna la memorización de contenidos, o ser un país que crea ciudadanos participativos, que a través de su educación enseña a ser críticos y reflexivos. Ser un estado dominado por la burocracia o ser un país eficaz en busca de la justicia social y el bien común. Ser un país donde lo relevante son las menudencias de la farándula o ser un país donde la cultura se desarrolla y expande en todas sus dimensiones. Ser un país de injusticias o ser un país que inclina la balanza de la justicia, utilizando políticas públicas desiguales a favor de los más desfavorecidos o desprotegidos (niños, ancianos y mujeres en situación de pobreza).