Lo que no se vio del “megaevento” que protagonizaron este domingo los candidatos Daniel Scioli y Mauricio Macri.
“Cadena nacional”. En rigor, el debate no fue transmitido en ese formato, pero así lo pareció, pues contó con la transmisión en vivo de todos los canales de aire, señales provinciales y de noticias, así como de radios y en streaming a través de Internet. Un fuerte contraste con la primera edición, donde sólo se pudo ver por América TV.
Primera fila. Los asientos más cercanos a los candidatos fueron ocupados por sus esposas, Karina Rabolini y Juliana Awada, quienes al finalizar el debate subieron al escenario. También estuvieron en primera fila los candidatos a vicepresidente Carlos Zannini (Frente para la Victoria) y Gabriela Michetti (Cambiemos).
Organización. Hubo un estricto operativo de seguridad que controló los accesos sectorizados a las escalinatas del edificio, al salón del debate y a los lugares habilitados para la prensa, ubicados en el sector pullman.
Banderas en tu corazón. El puente peatonal que conecta las veredas de Figueroa Alcorta fue vestido de banderas de respaldo a los candidatos. En las inmediaciones del puente se hizo presente desde temprano la militancia kirchnerista, con bombos y trompetas.
La sorpresa. Además de las presencias anunciadas de los equipos de campaña de los postulantes, se destacó la figura de la jueza Sandra Arroyo Salgado, exesposa del fiscal Alberto Nisman, quien fue con la mayor de sus dos hijas, Iara, y se sentó junto al ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro.
Explosión en las redes. El impacto del debate presidencial en las redes sociales fue enorme: más de dos millones de tuits llegó a tener el tema, con el hashtag #ArgentinaDebate. El país, en vilo.Parlamentario.