A tres años de la implementación de la “Mediación” en territorio bonaerense

Entrevista: diario Compromiso-

La Dra. Daniela Ruiz, es abogada y mediadora, y nos dice que en la Provincia la Ley “está en proceso de aplicación y aprendizaje”, que la mayoría de los casos se dan en el fuero Civil y Comercial.

Con motivo de cumplirse tres años de la implementación en nuestra Provincia de la “Mediación”, entrevistamos a la Dra. Daniela Ruiz, abogada y mediadora, para que nos hablara del tema y en particular de su experiencia:

La profesional decía que “en la Provincia de Buenos Aires había una Ley desde el 2009, que por una cuestión de lobby legislativo recién tuvimos Ley y Decreto Reglamentario en 2010, y que hace tres años se puso en funcionamiento. La mediación es un sistema que tiene como objetivo resolver conflictos de manera alternativa a un proceso judicial común. Implica un espacio de mediación donde las partes se plantean cara a cara el conflicto que tienen, con el acompañamiento de un profesional, un mediador que actúa de manera profesional e imparcial, trata de acompañar a las partes a que finalmente puedan resolver el conflicto y llegar a un acuerdo. Puede ser total o parcial, que de alguna manera disuelva algunas aristas del conflicto que llevaron a la mediación.

– ¿Su funcionamiento está instalado?
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la mediación tiene más de 16 años de implementada, ha funcionado de manera aceitada. Nosotros en la Provincia tenemos que pensar que tenemos esta Ley funcionando, que es joven, y que está en proceso de aplicación y aprendizaje. Principalmente estamos aprendiendo los Abogados, los que ejercemos este doble rol de ser Mediadores y los que no son Mediadores. Y también el Poder Judicial que está creciendo y aprendiendo a aplicar la homologación de los convenios y demás. Se está notando una agilidad importante, pero va in crescendo; no se puede hablar hoy de que el 50 % se arregla en mediación y el 50 % va a jucio.

– ¿Dónde se dan la mayoría de los casos?
En el área Civil y Comercial, donde llegan la mayoría de los casos. Una persona, que es el requirente, inicia el reclamo judicial. Pero previo a presentar la demanda, la Receptoría General de Expedientes y el Ministerio le sortean un Mediador ante el que tiene que presentarse, previa fijación de una fecha de audiencia, acompañado de un abogado que lo acompañe y asesore en lo que tenga que ver con los derechos que vaya a discutir y todos los intereses patrimoniales o no que vaya a discutir a la mediación.

– ¿Es obligatoria o se solicita?
Aparece la primer diferencia entre lo que pasa en otras provincias y la Capital, respecto de la Provincia de Buenos Aires, algunos lo critican para bien y otros no. En nuestra provincia la Ley nació con la necesidad de un sorteo automático. Uno interpone un juicio contra otra persona, van a entrar en un sorteo todos los Mediadores que hay en este Depto. Judicial, y va a tocar cualquiera. En Capital, si las partes se ponen de acuerdo, el sorteo se obvia y eligen el mediador. La Ley de la provincia igualmente contempla dos tipos de mediaciones: la previa judicial, que es obligatoria, y también la voluntaria, aunque esta no te habilita para iniciar un juicio, algo que sí ocurre con la previa obligatoria, que te habilita con el acta de cierre.

– ¿Qué le ha aportado a Ud. como profesional?
Lo más lindo y destacable para mí, que es un deleite, son las herramientas comunicacionales cuando este proceso se empieza a conocer por parte de la gente, es aceptado en general por los Abogados. Nosotros los Abogados estamos formados para litigar, para luchar, defender los intereses de nuestros clientes; pero también con esto empezamos a aprehender y a utilizar otras herramientas. La herramienta comunicacional uno la aprende y la aplica en la vida diaria y es maravilloso. La que más destaco es la escucha activa, lo que uno aprende a escuchar a la gente, el conflicto. Cuando se tiene un ejercicio profesional como mediador de mucha cantidad de audiencias y mucho encuentro en sesiones de mediación con la gente, empieza a aprender a escuchar de otra manera. Uno se da cuenta que lo que te están contando en definitiva no es el conflicto que los trae a la mediación. Es un ejercicio que te va permitiendo darle el acompañamiento que la gente está necesitando en ese momento. La mediación ha venido a descomprimir la gran voluminosidad, ocupación, que tiene el Poder Judicial.

– ¿Hay división de opiniones entre profesionales?
Está la biblioteca dividida. Hay una cuestión bastante paternalista de parte del Estado, porque haber instaurado dos tipos de mediaciones, una voluntaria y otra previa obligatoria, te está obligando a pasar por este camino previo antes de iniciar una demanda. No lo está transmitiendo para que sea una opción tuya; aunque son muy pocos los casos y abogados que piden la mediación voluntaria.

– ¿Qué experiencia le deja el ejercicio de la mediación?
Me recibí de Mediadora en la Universidad de Mar del Plata, cuando esto estaba en pañales. Después el Ministerio nos va requiriendo cada año, uno debe cumplimentar una cantidad de horas de actualización obligatoria y permanente. El próximo 30 de mayo participo de una Jornada provincial en Bahía Blanca, un Curso de Capacitación sobre el uso de las preguntas y el silencio para los que somos mediadores. El año pasado presenté un proyecto en el Espacio de Definición Institucional del primer año de la carrera de Tecnicatura Superior en Gestoría -trabajo en el Instituto Nº 26 que funciona en la Escuela 1-, donde desarrollo este proyecto de mediación; y no lo estudiamos tanto con la formalidad de la Ley sino con los alumnos haciendo proyecto de mediación comunitaria, que tiene que ver con el uso de las herramientas comunicacionales. Me he dado cuenta que esto es una cuestión de culturización, que cuanto más se difunda la mediación y se transmitan las herramientas que se utilizan para acompañar a las partes, vamos a poder también acompañar a un amigo o familiar que tenga un conflicto. Y además me encontré con que el conflicto no siempre es negativo, es un proceso y hay que encararlo como tal. Tenemos que aprender todos y tener la capacidad de acompañar a la gente para que puedan transformarlo en algo positivo. Es con lo que me quedo como más lindo de la mediación: las herramientas comunicacionales, haber podido escuchar activamente, que no es solo escuchar. Me ha ayudado a utilizar esas herramientas como Abogada. Y siento que en el Instituto los chicos me cuentan que utilizan la escucha activa en sus casas para resolver problemas de comunicación con la familia.

– ¿Qué factores intervienen para que funcione?
Tiene que ver con la actitud que le ponga el mediador, con la actitud que le pongan los abogados, con la expectativa de la familia, y un aprendizaje de que hay otro lugar además de la Justicia, para que puedan resolver sus conflictos de manera un poco más corta, económica y hasta con más sustentabilidad en el tiempo en los acuerdos. Lo que prevee es que las personas, tanto la parte requirente como la requerida, sean los protagonistas en resolver sus problemas y conflictos, que se los escuche activamente. La escucha de la justicia es más limitada, formalista. Nuestra ciudad va encaminada hacia otras realidades. De manera que a estos sistemas alternativos de resolución de los conflictos los veo con muy buenos ojos.

– Finalmente Dra. Ruiz, ¿existen estadísticas?
Todos los mediadores tenemos nuestra estadística por parte del Ministerio. Sabemos que de un 100 % de conflictos que entran, estamos pudiendo resolver entre un 20 % y un 25 %. El resto llegan a juicio a Tribunales, y hay otros que de repente se interrumpe la mediación por alguna otra circunstancia. Tenemos varios dispositivos del Estado, en mediación escolar, comunitaria, previa judicial. Necesitamos un hilo conductor para que todas comiencen a funcionar juntas de la mano. Si no, erramos con los resultados.

Foto: C.O.L. Criterio On Line.-

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