La leptospirosis es una enfermedad provocada por la bacteria Leptospira, comúnmente transmitida a través del contacto con la orina y heces de animales infectados, especialmente ratas, perros y gatos.
Esta afección se presenta con mayor frecuencia durante la temporada de lluvias, cuando las inundaciones y suelos húmedos facilitan la propagación de la bacteria.
Los síntomas iniciales incluyen fiebre alta, escalofríos, dolor de cabeza, dolor corporal, pérdida de apetito y ojos enrojecidos.
Si no se trata a tiempo, puede derivar en complicaciones graves como insuficiencia renal, hemorragias o meningitis.
En casos más avanzados, pueden aparecer síntomas adicionales conocidos como la triada de Weil: ictericia (coloración amarillenta de la piel), insuficiencia renal y hemorragias pulmonares.
El diagnóstico se realiza mediante la evaluación médica, análisis de sangre y pruebas serológicas.
La transmisión no es de persona a persona; se requiere el contacto con excrementos o orina de animales infectados.
Las personas en riesgo incluyen a quienes trabajan en zonas inundadas o manejan desechos donde pueden haber roedores.
Es crucial evitar el contacto con aguas contaminadas, usar guantes al manipular basura o limpiar áreas con roedores y desinfectar superficies tras una inundación.
También se recomienda hervir el agua y desechar alimentos contaminados.
La prevención es clave para reducir el riesgo de contagio y la propagación de esta enfermedad.