Desde computadoras hasta microondas, los equipos siguen gastando electricidad cuando no se utilizan.
El consumo vampiro es un término que describe el gasto de los electrodomésticos y dispositivos electrónicos que “chupan” electricidad incluso cuando se encuentran inactivos.
Por eso, se recomienda detectar y combatir esta “succión” de watts que aumenta por goteo –no sólo la facturación del servicio eléctrico– sino las emisiones de dióxido de carbono, una de las causas principales del efecto invernadero.
Es que este fenómeno es una preocupación tanto económica como ecológica. Según el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), un cargador de celular genérico puede consumir entre 0.1 y 0.5 watts por hora cuando está enchufado sin el celular conectado.
Aunque estos números parecen insignificantes, su impacto acumulativo puede ser considerable. Según estimaciones de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL), el consumo vampiro puede representar entre un 5% y un 16% más en la factura eléctrica mensual.
Mantener el cargador del celular enchufado traería otros problemas, como sobrecalentamiento, lo que puede causar un cortocircuito y, en casos extremos, incendios. Además, el cable del cargador se deterioraría, reduciendo la eficiencia de carga y acortando la vida útil de la batería del dispositivo.
Otra recomendación del ENRE es utilizar enchufes inteligentes: estos dispositivos permiten gestionar remotamente el encendido y apagado de los electrodomésticos a través de aplicaciones móviles o asistentes de voz.