Según un informe de CAME, enero fue el segundo mes consecutivo en el que la actividad fabril se retrotrajo, confirmando así una tendencia preocupante.
La industria manufacturera pyme empezó 2024 con una caída del 30% en su facturación medida a precios constantes en la comparación enero contra enero. Este primer mes del año fue el segundo mes consecutivo que la actividad fabril se retrotrajo, confirmando así una tendencia preocupante. En la comparación mensual desestacionalizada, también se registró un descenso del 9,1%, se desprende del informe publicado este domingo por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que da cuenta además de que las empresas operaron al 70,8% de su capacidad instalada, mostrando un declive de 2,3 puntos porcentuales frente a diciembre.
Según CAME, “las industrias pyme se preparan para un panorama complejo en los próximos meses. La rentabilidad industrial está siendo amenazada por diversos factores: la baja en el consumo, producto del debilitado poder adquisitivo, sumado a la persistente inflación y el inminente aumento de tarifas de servicios públicos como la electricidad, generan un clima de zozobra y riesgo para la actividad industrial”.
Todos los sectores manufactureros del segmento pyme tuvieron fuertes caídas en la comparación anual, pero los más afectados fueron “Papel e impresiones”, con una retracción del 41,7%, y “Químicos y plásticos”, con 35,6%. Así surge del Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP) que elabora CAME con una muestra que alcanzó a 413 industrias pyme a nivel federal.
“Papel, cartón, edición e impresión” se desplomó
En el desglose de los rubros, “Alimentos y bebidas” registró una baja del 22% anual a precios constantes en enero y de 8,7% en la comparación mensual. En “Indumentaria y textil”, el rubro se retrajo 18,2% anual en enero y también registró un declive de 2,3% respecto de diciembre.
El peor registro correspondió al rubro “Papel, cartón, edición e impresión”, que sufrió un desplome de 41,7% anual a precios constantes. En términos mensuales, también se observó una retracción, pero más suave: -3%. Las empresas trabajaron con 74,5% de su capacidad instalada, 2,2 puntos menos que en diciembre. Según CAME, hubo menos obstáculos para reponer insumos y repuestos, pero más complicaciones para sostener el personal frente a la caída abrupta en la demanda. Hay preocupación por los incrementos de costos de esta actividad que implicarán las nuevas tarifas eléctricas”. Y cita a la Industria de Ciudad de Buenos Aires: “La utilidad del mes fue muy baja porque decidimos no trasladar totalmente todos los aumentos de costos a precios. Si lo hacíamos, no vendíamos”.
CAME y los números
Según concluye CAME en su informe dado a conocer este domingo, el sector industrial está sintiendo fuerte el deterioro en el poder adquisitivo de la gente y la pérdida de competitividad en los mercados mundiales, que afecta a las empresas de perfil exportador. Igualmente, la reducción de la producción suele ser un proceso gradual, ya que implica decisiones sobre inversiones, empleo y otros factores.
Por otro lado, la menor demanda de materias primas e insumos provocó que disminuyera considerablemente la cantidad de industrias que reportan problemas de reposición de stock. El número de firmas que enfrentaban dificultades para reponer sus stocks se redujo a un 38,8%, en comparación con el 53,4% registrado en diciembre de 2023.