La escalada de precios ya absorbió casi toda la mejora en la capacidad de los exportadores para competir.
El impacto positivo que suelen tener las devaluaciones sobre la competitividad de los exportadores duró menos de lo esperado, según especialistas.
El Gobierno depreció 22% el peso el 14 de agosto último tras las elecciones primarias. El ministro de Economía, Sergio Massa, asegura que debió tomar esa decisión presionado por el FMI.
El tipo de cambio oficial mayorista -congelado en $350- regresó a zona de atraso, de acuerdo con el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) elaborado por el Banco Central (BCRA).
Se trata del indicador que mejor refleja las variaciones de los tipos de cambio reales bilaterales de la Argentina con cada uno de sus principales socios comerciales (China, Brasil, etc.).
El índice acaba de caer debajo de los 100 puntos, nivel que supone para la medición oficial su valor de “equilibrio”.
Se ubicó, según la estadística oficial, en 99,6 puntos tras haber trepado 20 puntos (de 95,8 a 115,8 puntos) luego de que el tipo de cambio de referencia “A” 3500 saltara de $287,49 a $349,98 del cierre del viernes 11 al del lunes 14 (el día posterior a las primarias).
Con la devaluación, había regresado a niveles que no mostraba desde abril del 2022, y tras haber marcado un “piso” de 87,1 puntos (mínimo de la gestión Fernández) a fines de septiembre de ese año.
Esta variable explica mucho los problemas de competitividad que los exportadores locales encuentran para poder colocar sus productos en el exterior (sumada a la carga impositiva que enfrentan, los sobreprecios que padecen en la contratación de seguros y fletes -derivados del cepo cambiario- y el diferencial de costos logísticos, entre otras cosas).La competitividad fue fagocitada por el diferencial en torno a los 2O puntos que se abrió entre la tasa de inflación local (disparada al 12% mensual promedio tras la devaluación) y la estabilizada o incluso levemente a la baja que mostraron los países con que la Argentina más comercia en este período.
Para Salvador Vitelli, de la consultora Romano Group, uno de los problemas fue que “el traslado a precios del ajuste cambiario fue inmediato, y prácticamente 1 a 1”.
“Hubo subas de precios del 20% tras el salto del dólar oficial”, alertó.