POETA DOLORENSE PREMIADO EN CAÑUELAS

La organización del 12° certamen de poesías gauchescas

El programa radial “Fogoneando” que se difunde por F.M.Cañuelas, dio a conocer los premiados del 12° Certamen de Poesías Gauchescas, en el cual fue distinguida con el Segundo Premio una poesía del autor dolorense Juan Carlos Pirali, se trata de las décimas tituladas “Prenda Gaucha”.

El resultado general del certamen es el siguiente:

1°) “De romería”, de Néstor Eduardo González (Cnel. Dorrego)

2°) “Prenda gaucha”, de Juan Carlos Pirali (Dolores)

3°) “Cosas de viejo nomás”, de Arnoldo José Daniele (Jáuregui)

MENCIONES: “La Fortinera”, de Pedro E. Varela, de Villa Ballester y El cencerro rematado” de Juan Carlos Artigas, de TrenqueLauquen.

La poesía de Juan Carlos Pirali es la siguiente:

PRENDA GAUCHA

Entre las pilchas que guardo

de mi oficio de resero,

tengo un recado campero

que supe lucir gallardo.

Hoy tiene un aspecto pardo

por su uso permanente,

y al mirarlo reverente

ante su añeja existencia,

se me ocurre su presencia

una reliquia viviente.

Prenda gaucha; mi recado,

me acaricia su recuerdo,

y late en mi lado izquierdo

un nostálgico pasado.

En arreos de ganado

sobre el lomo de un rosillo,

fue complemento sencillo

cuando al sereno acampaba,

y en las noches descansaba

con el “cric cric” de algún grillo.

Hoy en un rincón lo veo
en obligado letargo,

y en el sorbo de un amargo

una lágrima guapeo.

Como piezas de museo

bastos, caronas, bajera,

estribos, cincha, encimera,

cojinillo, sobrepuesto,

y el poncho en un criollo arresto

cubre la escena campera.

Bastos que fueron almohada

al hacer alto en las huellas,

cobijado por estrellas

en la pampa dilatada.

Resuello en cada parada

y en el cojinillo blando,

me recostaba soñando

alcanzar mejores horas,

y el clarín de aves canoras

me daba voces de mando.

Sin adornos de metal

se mantiene perdurable.

por su servicio apreciable

tiene valor proverbial.

Parte de cada jornal

para sostén de mi vida,

su función ya fue cumplida

y está como un atavío,

y lo tendré cerca mío

hasta que Dios lo decida.

Juan Carlos Pirali

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