Desde el mes de junio del 2021 las leyes reguladoras de Alemania permiten a más de cuatro mil fondos institucionales invertir parte de su capital en criptomonedas, y al ser los inversores institucionales aglomerados de inversores que suman grandes cantidades de capital para su gestión sumado al hecho de que Alemania es uno de los países más ricos del mundo, posibilitará que cientos de miles de millones de dólares puedan afluir al mercado de las criptomonedas, eso sí, cumpliendo ciertas reglas, como la que limita el porcentaje de exposición a las criptomonedas que estas entidades pueden asumir, ya que en caso de debacle el daño a la economía sería inmenso sino existiesen otras inversiones que equilibraran las pérdidas -esto es recomendable también para los inversores minoristas, no exponerse sólo a un activo y diversificar la cartera-.
Pero esta potencial inversión en criptomonedas no va a repartirse por igual entre todas las criptomonedas, sino que probablemente algunas captarán mucho de este dinero, mientras que otras apenas lograrán atraer algo de los fondos alemanes, ¿Cuáles son las diferencias entre las principales criptomonedas para explicar el distinto interés que despiertan entre los inversores?
Las tres criptomonedas más capitalizadas son muy diferentes
Bitcoin, ethereum y tether son las tres criptomonedas más capitalizadas del mundo -pero con BNB y ADA muy cerca de tether, tanto que dependiendo de cuando se lea este artículo cualquiera de ellas puede ser la tercera más capitalizada, muy lejos de bitcoin o ethereum-, y esto supone una gran cantidad de dinero, ya que a pesar de que el mercado cripto ha experimentado un gran bajón en las últimas semanas aún capitaliza cerca de 1,5 billones de dólares.
La primera diferencia que cabe señalar entre estas tres criptomonedas es que la capitalización de las dos primeras flota libre y la de theter está vinculada a la del dólar, es decir, mientras que bitcoin y ethereum pueden subir y bajar influidas tan sólo por las acciones de los inversores de estas criptomonedas -y también por mensajes en redes sociales de influencers, todo cabe decirlo- tether dependería de los mismos factores que hacen fluctuar el precio del dólar estadounidense, no porque estos afectan a tether directamente, sino porque afectan a la moneda fiat a la que se ha vinculado. Las criptomonedas vinculadas a las monedas fiat se conocen como stablecoins.
La segunda diferencia es el uso que se les puede dar, ya que a pesar de que las tres criptomonedas pueden utilizarse para hacer envíos, comprar otras criptomonedas o como reserva de valor -teniendo en cuenta lo volátiles que son las criptomonedas que no son stablecoins-, un uso que no puede tener tether y que sí se encuentra en las otras dos es el que se deriva del alto valor especulativo de las mismas, ya que como tether no puede valer más que el dólar no tendría sentido comprar tether con dólares esperando ganar más dólares en un futuro, algo que sí es posible comprando bitcoin y ethereum con dólares y vendiéndolas una vez estas hayan subido de precio.
Pero por supuesto no todo iban a ser diferencias entre las criptomonedas, ya que muchas de ellas comparten características comunes.
Similitudes entre las tres criptomonedas
Una de las características compartidas de la mayoría de las criptomonedas podría ser por ejemplo la posibilidad de invertir en ellas mediante el trading online, ya que tanto ethereum como bitcoin e incluso tether actúan como reclamo de los brókeres de CFDs, son un activo popular y muy capitalizado, y una opción a tener en cuenta si se quiere especular con criptomonedas sin vender las reservas de estas, aunque esta forma de invertir es distinta de la inversión tradicional y se debe tener precaución al utilizar herramientas como el apalancamiento que actúa como un multiplicador de ganancias, pero también de pérdidas, lo que puede explicar que la mayoría de cuentas minoristas terminen por perder más de lo que ganan, además de por el factor de volatilidad tan alta de la que hacen gala estos activos.
Otra característica común, y la más apreciada por aquellos que operan con criptomonedas, especialmente si lo hacen desde un país que, como la Argentina, sufren de una hiperinflación desatada, es su descentralización con respecto a actores gubernamentales, lo que hace que la responsabilidad individual se encuentre aún más acentuada entre aquellos que arriesgan su dinero en este tipo de activos, buscando depender lo menos posible de actores externos, al menos en cuanto a manejar sus finanzas se refiere.