Es uno de los pocos tejidos que se pueden donar en vida y sus resultados son muy alentadores en enfermedades como leucemia, linfoma, mieloma y déficits inmunológicos, entre otras.
Cada 1° de abril se conmemora en la Argentina el Día Nacional del Donante de Médula Ósea, una iniciativa que tiene el objetivo primario estimular la donación de médula ósea a partir de la difusión de las ventajas de este acto solidario, voluntario y altruista, que para muchas personas es la diferencia entre la vida y la muerte.
Es que su trasplante muchas veces es la única opción terapéutica para el tratamiento de enfermedades como las leucemias agudas, los linfomas, los síndromes mielodisplásicos, la mielofibrosis, las aplasias o fallos medulares e inmunodeficiencias congénitas, entre otras.
Sin embargo, sólo entre el 25% y 30% de estos pacientes tiene la posibilidad de encontrar un donante compatible en su grupo familiar. El resto debe recurrir a un donante no emparentado a través de los registros de donantes voluntarios, como el Registro Nacional de CPH.
Para ser donante se requiere estar sano, tener entre 18 y 55 años y pesar más de 50 kilos. Hay que dirigirse al Banco de Sangre o al Centro de Donantes más cercano y donar una unidad de sangre. Un técnico informará a los donantes sobre el tema para completar su ficha de inscripción.