Lo hizo en un documento que presentó ante las Naciones Unidas. Significa una baja mayor a la que ya se había anunciado.
Argentina se comprometió a reducir para 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero 26% menos a lo que ya se había responsabilizado en 2016, al presentar hoy la Segunda Contribución Determinada a Nivel Nacional, donde se establece el aporte que realizará el país para lograr los objetivos del Acuerdo de París.
Con la publicación, que se realizó en el portal de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC, por su sigla en inglés), el país asume un nuevo compromiso más ambicioso en la lucha frente al cambio climático.
“Argentina reafirma su compromiso con el Acuerdo de París, a la luz de la ciencia, y adopta al cambio climático como política de Estado. En respuesta al llamado a aumentar la ambición climática, hemos definido, con miras al 2030, una meta que limitará las emisiones de gases de efecto invernadero a un nivel 26% inferior a la Contribución Determinada Nacional previamente comprometida en 2016”, aseguró el presidente Alberto Fernández en el documento.
Además, agregó que “en segundo lugar, nos comprometemos a presentar nuestra estrategia de desarrollo con bajas emisiones a largo plazo, con el objetivo de alcanzar un desarrollo neutral en carbono en el año 2050”.
El Presidente aseveró que “nuestro país paga un alto precio por el impacto del cambio climático en su territorio y en su estructura social y productiva, y hace un enorme esfuerzo en acciones de mitigación y adaptación cuyo monto asciende a un estimado de USD 15.000 millones con financiamiento internacional”.
El documento, desarrollado en el marco del Gabinete Nacional de Cambio Climático, establece que Argentina no excederá las 359 MtCO2eq al año 2030 -lo que representa limitar las emisiones de estos gases a un nivel 26 por ciento inferior a lo comprometido en 2016, en la anterior contribución-.
A través de esta Segunda Contribución, se reforzó el compromiso de aumentar las capacidades de adaptación de las comunidades a las consecuencias negativas del cambio climático, en particular de las más vulnerables.