Saludo de Navidad del intendente Héctor Olivera

Diciembre de 2020.

Estamos llegando al fin de un año que ha sido duro para todos, en el país y en el mundo. Muchas familias han sufrido a consecuencia de la pandemia pero también a causa de la terrible crisis que esta trajo aparejada, la que con mucho esfuerzo estamos empezando a revertir, paso a paso, con mucho trabajo y con el compromiso militante de siempre de perseguir sin descanso la justicia social.

Sin embargo, debemos estar agradecidos, quienes llegamos hasta este punto, quienes atravesaron la enfermedad y salieron airosos, quienes hemos tenido la suerte de siempre tener un plato de comida en la mesa del hogar familiar. En especial aquí, en nuestro pueblo, donde gracias a Dios hemos trabajado solidariamente y estamos logrando superar el brote de la mejor manera posible, con el esfuerzo de toda la comunidad.

Quienes somos funcionarios electos con responsabilidad de gestión tenemos la obligación de mantenernos atentos, no bajar la guardia y prever cualquier evento extraordinario, estar a la altura de las circunstancias y no dejarnos sobrepasar por la situación. Sin embargo, también tenemos el deber de observar la realidad y sacar algo positivo de cada experiencia, porque somos representantes del pueblo soberano pero también somos un ejemplo para el resto de la comunidad. En lo personal, lo que este año me dejó como motivo de esperanza es la certeza de todo el sacrificio y el compromiso que una comunidad organizada puede llevar adelante para beneficio de la mayoría. Nos hemos cuidado entre todos, unos a otros, siempre con responsabilidad y con amor.

Y esos son los valores fundamentales que deseo resaltar en esta época de balances y de esperanza por lo que viene: la solidaridad y el amor al prójimo, los valores que gobernaron el espíritu de Nuestro Señor Jesucristo a lo largo de toda su vida.

Mi deseo para el 2021 que se aproxima es que sostengamos la misma actitud de comunión y trabajemos con el mismo ahínco y la voluntad inquebrantable de siempre. Salir de esta experiencia traumática para la humanidad depende enteramente de nosotros mismos, se acerca el momento bisagra, la llegada de la vacuna por la que tanto hemos orado durante meses de angustia, muy pronto estaremos en condiciones de iniciar una nueva normalidad, la que espero de todo corazón nos encuentre más unidos que nunca, hermanados y dispuestos a seguir transitando este camino de reconstrucción.

En Navidad, encomendemos nuestras familias al Niño Jesús, para que este 2021 sea un año de renacimiento, en el que la humanidad resurja con más comunión, solidaridad y respeto por la vida.

Feliz Navidad y próspero Año Nuevo, que Dios los bendiga a todos.

Héctor Olivera-

 

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