China y Estados Unidos sellaron un acuerdo parcial que frena la guerra comercial

Este viernes, Donald Trump anunció en Twitter que se cancelaban los planes para imponer nuevos aranceles a las importaciones chinas por un valor de 160 mil millones de dólares como parte de la primera fase del acuerdo.

China y Estados Unidos cerraron este viernes la primera fase del acuerdo comercial que desde el año pasado enfrenta a las dos mayorías economías del planeta.

El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció en Twitter que se cancelaban los planes para imponer nuevos aranceles a las importaciones chinas por un valor de 160 mil millones de dólares como parte de la primera fase del acuerdo.

Además, Washington recortará del 15% al 7,5% los impuestos de importación sobre productos chinos por un valor de 112 mil millones de dólares.

A cambio, China acordó la compra “masiva” de productos agrícolas y manufacturados estadounidenses, informó en Twitter el mandatario, sin precisar la cifra.

Minutos antes del anuncio de Trump, el viceministro de Comercio chino, Wang Shouwen, dijo que habían llegado a un acuerdo de “primera fase” sobre transferencia de tecnología, propiedad intelectual, expansión del comercio y mecanismos para la resolución de disputas, entre otros temas.

Por su parte, el viceministro de Finanzas chino, Liao Min, prometió dar a conocer los detalles del acuerdo más tarde, al ser consultado por periodistas sobre los informes de que Beijing comprará $50.000 millones en productos agrícolas.

El principio de acuerdo anunciado este viernes deja sin resolver algunas cuestiones espinosas pero Trump se comprometió a comenzar a discutirlo “inmediatamente” en lugar de esperar hasta después de las elecciones de 2020.

“Este es un trato increíble para todos. ¡Gracias!”, escribió el mandatario en la red social.

Antes de que se conociera la noticia, el ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, se quejó de que Washington atacara injustamente a China.

“Este es un trato increíble para todos. ¡Gracias!”, escribió el mandatario en la red social.”

“La parte estadounidense ha impuesto sucesivamente restricciones injustificadas y medidas enérgicas contra China en los intercambios de economía y comercio, ciencia y tecnología y personal”, dijo Wang en un foro organizado por el gobierno.

Tres senadores demócratas reclamaron ayer a Trump que se mantuviera “firme” en las negociaciones con China, que esperara algún “compromiso” antes de llevar a cabo cualquier reforma.

La Casa Blanca acusa a China de hacer trampa en su intento por desarrollar el 5G, la tecnología de avanzada que permitirá el desarrollo de autos y ciudades inteligentes.

El principio de acuerdo anunciado este viernes deja sin resolver algunas cuestiones espinosas pero Trump se comprometió a comenzar a discutirlo “inmediatamente” en lugar de esperar hasta después de las elecciones de 2020.

La Administración Trump se queja de que Beijing supuestamente obliga a las compañías extranjeras a entregar secretos comerciales, subsidia a sus propias empresas y pone trabas burocráticas a sus rivales extranjeros.

Beijing rechaza la acusación y afirma que lo de Washington no es más que un intento por bloquear el ascenso de su principal competidor mundial.

La batalla comercial comenzó en julio de 2018, cuando Trump impuso aranceles a 360.000 millones de dólares en productos chinos, algo que fue respondido por Beijing con medidas similares sobre un total de 120.000 millones de dólares sobre productos estadounidenses.

Entre los productos de Estados Unidos gravados por China figuran la soja y otros productos agrícolas, algo que impacta de lleno sobre buena parte de los partidarios de Trump.

Desde el domingo comenzarían a grabar otros 160.000 millones de dólares en importaciones chinas, una medida que ampliaría las sanciones a casi todos los productos que exporta China a Estados Unidos.

La incertidumbre generada por las política económica de Trump ha reducida la inversión comercial en Estados Unidos y se cree que también frenó el crecimiento ya que muchas corporaciones han desacelerado o suspendido sus planes de inversión hasta que se resuelva la discusión entre las dos principales economías mundiales.

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