Diciembre es un mes de festejo; mucho calor, fiestas y vacaciones. En este marco, nuestras mascotas sufren los cambios propios de la época más calurosa, los efectos del uso de la pirotecnia, y los cambios de hábitos alimenticios y en su cotidianidad en general. El Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires brinda recomendaciones sobre las medidas de prevención que deben tomarse para disminuir el malestar de pequeños animales.
Con las altas temperaturas, llegan los golpes de calor
El golpe de calor es uno de los mayores riesgos que corren nuestras mascotas en verano. A diferencia de las personas, los perros y gatos no tienen glándulas sudoríparas en el cuerpo, por lo que no pueden regular su calor corporal mediante el sudor; por el contrario, lo hacen a través de jadeos y del sudor que se elimina por las almohadillas plantares y, en el caso de los gatos, a través del lamido.
¿Quiénes están más propensos? Los animales con problemas cardíacos, obesos, adultos o muy jóvenes, por eso se debe tener disponible agua limpia y fresca, ubicarlos en espacios amplios y ventilados con zonas con sombra, y bajo ningún caso dejarlos dentro de los autos, en caso de hacerlo, deben quedar con los vidrios semiabiertos; además, hay que darles de comer y sacarlos a pasear en horarios menos calurosos. En este caso, tomar las medidas necesarias es una tarea fácil para prevenir malos momentos y disfrutar los días festivos y de descanso.
Si viajamos, ¿qué hacemos con nuestras mascotas?
Durante los días de vacaciones es imprescindible decidir qué es lo mejor para nuestro perro o gato. Como primer recomendación, es fundamental que no se queden solas durante un tiempo prolongado, por eso es importante contar con un tercero a cargo. Debemos estar seguros de que la persona o el lugar en el que depositamos nuestra confianza, cumpla con los requisitos mínimos para satisfacer las necesidades básicas. Además, no se debe olvidar entregar todos los datos del veterinario por si fuese necesario recurrir a él e indicar si está recibiendo algún tipo de tratamiento, o si es alérgico a algún producto.
Si bien no es recomendable trasladar a las mascotas (especialmente a los gatos), cada vez es más común que viajen con la familia. Si se decide hacerlo, se debe tener en cuenta las precauciones básicas: llevar todos los implementos que puedan necesitar durante el viaje, su libreta sanitaria donde conste vacunas al día; como así también, verificar que cumpla con todos los requisitos solicitados por el lugar de destino, y de transportarlos en vehículos propios, tener el cinturón de seguridad. Ante todo, hay que consultar con un médico veterinario matriculado, solicitar su asesoría no sólo por la salud del animal, sino también por los cuidados durante el viaje y las medidas de seguridad requeridas.
Las fiestas y la pirotecnia
La dinámica de los días festivos expone a las mascotas a sufrir estrés por exceso de ruido y explosiones. Debido a su sensibilidad auditiva, los ruidos fuertes pueden causarles pánico y provocar conductas no habituales como escapar sin rumbo y perderse, lastimarse, lastimar a las personas. Además, pueden padecer palpitaciones, taquicardia, jadeo, salivación, temblores, sensación de insuficiencia respiratoria, aturdimiento y pérdida del control, entre otros. En estos casos, se debe consultar al médico veterinario para considerar la utilización de sedantes que evitarán momentáneamente estas situaciones, dependiendo de cada caso particular.
La principal recomendación es ubicar a nuestros animales en un espacio donde estén cómodos, con sus juguetes habituales, comida, agua y algún sonido con el que estén familiarizados; y evitar arrojar pirotecnia cerca de los perros y gatos.
En este sentido, la urgencia de regular el uso de pirotecnia es evidente y debe abordarse desde una perspectiva integral. Si bien es considerada una costumbre popular y de uso generalizado, está claro que implica muchos riesgos para la sociedad.
Desde el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires expresa
n la necesidad de reflexionar sobre este tema desde un abordaje cultural, social y una perspectiva comunitaria que también tome en cuenta los riesgos silenciosos (y no solo los hechos concretos) que impactan en la salud pública y en el medio ambiente, por ende en todas las personas y animales (no solo los domésticos). Decile ¡NO A LA PIROTECNIA!
Ante cualquier duda, consultá a un veterinario matriculado.
Es un consejo del Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires.