Hace 50 años el 28 de Junio de 1969 quienes se encontraban en el bar Stonewall Inn fueron violentamente reprimidxs por la policia de Nueva York. La razón detrás de esta violenta represión fue que quienes concurrían al bar eran personas de la comunidad LGBT+.
En la actualidad esta fecha sigue teniendo una importancia impresionante alrededor del mundo. Si bien hubo un gran avance en cuestión de derechos que nos acercan al respeto, la igualdad y la libertad el odio residual de tantos años subyace en las cuestiones más “naturalizadas” de nuestro día a día. Desde el uso negativo de las palabras “puto”, “gay”, “trava”, “torta” hasta ser detenidx (o violentadx en cualquier forma) por besar a tu compañerx.
La población travesti trans del mundo tiene una esperanza de vida de 40 años. Un informe elaborado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA deja en evidencia que los actos de homofobia y transfobia en América Latina han ido en aumento y son cada vez más extremos, pese a que en varios países de la región se han aprobado leyes a favor de la comunidad LGBT+.
Cómo se puede evitar esto? Con educación. Esta juega un rol muy importante la formación de las personas y de sus prácticas y creencias. Por eso es importante hacer hincapié en la implementación de la ESI (educación sexual integral) ya que, uno de los tantos ejes que aborda, se centra en el respeto a la diversidad sexual.
Es necesario no bajar las banderas del orgullo y seguir visibilizando y dando representación a la comunidad. Nunca vamos a volver al odio, a la violencia y a la vergüenza. Y como dijo Jauregui: “En una sociedad que nos educa para la vergüenza, el orgullo es una respuesta política”
Mujeres Dolorenses