Carta abierta a la comunidad – Acerca del mural “Las olvidadas del Bicentenario”

Queremos agradecer todas las muestras de afecto y solidaridad que desde diversos sectores se han expresado públicamente tras el acto de vandalismo que arruinó nuestro mural “Las olvidadas del Bicentenario”.

Numerosas personas a través de las redes sociales, por whatsapp o personalmente nos hicieron llegar su desagrado y, al mismo tiempo, ofrecieron su apoyo frente a un acto cobarde como es el de arruinar un mural con total impunidad y de manera anónima.

Estamos muy conmovidos por esa adhesión que excedió con holgura nuestras expectativas. Si bien es cierto que el tema del mural “Las olvidadas del Bicentenario” es el resultado de una indagación en la memoria oral que forma parte del patrimonio cultural de nuestra historia local, el hecho de que tanta gente haya mostrado su solidaridad con él nos llena de alegría porque eso significa que ha cumplido con el objetivo que perseguía: invitar a la gente de Dolores a que conozca sus raíces, su historia, se apropie y se reconozca en ella. No fue casual que lo pintáramos en la pared de la Escuela No 1.

Al respecto queremos agradecer con especial interés al Rotary Club de Dolores y a su presidente, Silvio Vitarella por hacer público el apoyo institucional. Por supuesto a los artistas colegas con los que compartimos paredes, en particular al maestro Alberto Rigamonti y a toda la gente amiga que se solidarizó con nosotros y que, incluso, se ofreció a ayudarnos a restaurarlo o a pintarlo de nuevo si es necesario. Hasta nos ofrecieron una pared nueva.

Es cierto que cuando intervenimos en el espacio público existen riesgos. El arte debe ser libre, de lo contrario es propaganda. Podemos hablar de vandalismo o de intervención, depende del punto de vista. Quizás ése sea el mayor desafío del arte mural: que nos invita a no detenernos, a trabajar juntos de manera colectiva para continuar creando para dar vida a las paredes y embellecer el espacio público con una de las expresiones más nobles que los seres humanos podemos dar a los otros: el arte.

Las ideas de quien esto escribe son conocidas y, de hecho, han sido expresadas en numerosas ocasiones a través de las palabras y los actos. Es de público conocimiento mis convicciones humanistas, el compromiso que asumo a diario por una sociedad más justa, más libre, con equidad y respetuosa de la naturaleza y defensora de los derechos colectivos en un marco de paridad de género . Esas ideas son las mismas que movilizan a todos los artistas que participamos en la realización de este mural que hoy ha sido vandalizado. Pero, como todo arte es político y toda política es lucha, no bajaremos los brazos, lo restauraremos y, si es necesario, volveremos a pintarlo. En especial como muestra de agradecimiento a tanto cariño que nos han hecho llegar.

Por eso los invitamos a que se acerquen a la pared de la Escuela No 1, sobre la calle San Martín, y nos ayuden a restaurar a “Las olvidadas del Bicentenario” porque el arte no es de quien lo realizó sino que -como un acto de amor- se necesitan dos: artistas y público. Y, en el caso del arte callejero, artista y público somos lo mismo, no existen líneas que nos separen.

Muchas gracias. Los esperamos.

Verónica Meo Laos / Nicolás Tissone

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