Argentina comenzó a exportar carne a Japón y se duplicaron las exportaciones en comparación a años anteriores

En menos de una semana se desencadenaron una serie de noticias ligadas a los agronegocios de la carne que permiten creer en ser optimistas respecto del potencial exportador del país. Desde el 2011 que las exportaciones de pescados y mariscos superan a las de carne bovina: un poco por mérito de la industria pesquera, pero mucho por la abismal caída de ventas de carne.

En diciembre de 2015 la nueva administración liberó las exportaciones de carne vacuna y redujo a cero sus retenciones. Se dejó en el pasado un delirio cuyo saldo fue una liquidación masiva del stock ganadero, un encarecimiento significativo del precio de la carne en góndola (con fuertes picos en 2010 y 2011 y en septiembre de 2015) y un derrumbe de exportaciones que generaron quebrantos en la industria frigorífica con cierres de puestos de trabajo. Debido a que el mercado de animales pesados (superiores a 450 kilos) es el extranjero no tenía sentido invertir en ellos y el peso medio de faena cayó significativamente: a mismas cabezas faenadas, menos carne producida. Era una calamidad.

Mientras tanto, Brasil multiplicaba varias veces el rodeo de su ganado y se transformaban en el mayor exportador de carne del mundo a la vez que sus frigoríficos, financiados por el BNDES, se lanzaban en una ola voraz de adquisiciones. Primero por la región, luego en Estados Unidos.

Las exportaciones en 2018 se recuperarán alcanzando un poco más de la mitad de toneladas que las que se exportaron en 2005 cuando tocamos el récord histórico de 771.000 toneladas y el país alcanzará el séptimo puesto como exportador mundial de carne. El crecimiento es incesante: a mitad de 2018 las exportaciones duplicaron a las de todo el año 2016.

Fuente: Infobae

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