La Justicia busca revincularlas con la madre, mientras que la gente hace cola por adoptarlas; años atrás pasó algo similar y es una batalla que todavía no se resuelve
Tiempo atrás el caso Titi conmocionó a todos. Se trata de la historia de un nene que había sido internado por una brutal golpiza en sus primeros meses de vida y que fue dado a un hogar de tránsito con una falsa promesa de adopción definitiva. Por estos días volvió a ocurrir algo similar con el caso de las trillizas internadas en el Policlínico de San Justo, cuya madre tendría problemas de adicciones y quien las anotó pero no volvió a buscarlas. La ilusión de una adopción colmó a muchos que hasta hicieron cola en la puerta del hospital por ellas, pero ser padre adoptivo no es tan simple.
Octavio Vignolio y su mujer se hicieron cargo de Titi, pero un año después recibieron un llamado y tuvieron que restituirlo porque le habían asignado otro hogar. “Nuestro caso comenzó en el año 2014. Nos enteramos de un bebé que estaba internado por maltrato, el Servicio Local nos otorga una guardia con promesa de adopción. El Juzgado de Familia era el Nº 1 de Dolores a cargo de la jueza Verónica Polochowski. Titi está con nosotros durante un año y en ese momento la causa toma otro rumbo”, contó Vignolio en +Despiertos.
A él y a su mujer les dijeron que tenían que llevar a Titi al Juzgado porque iban a restituirlo a la Justicia. “No entendíamos por qué y después nos enteramos de que había sido entregado a un matrimonio amigo de la jueza, algo que denunciamos, de hecho hoy hay un juicio político abierto y pedimos, por lo menos, tomar contacto con Titi ya que se nos lo prohibó con una restricción de acercamiento”, agregó Octavio.
Con dolor, Vignolio describió: “Lo tuvimos que dejar de una manera brutal y en una situación muy traumática para él. Así funciona el sistema. Se dejan a niños en hogares con algún tipo de guarda, nosotros lo primero que aclaramos es que si no podíamos adoptarlo no podíamos cuidarlo porque no estábamos preparados para desapegarnos y nos prometieron la adopción”.
Guadalupe del Pilar Guerrero, abogada especializada en Derechos de Familia, explicó que “no existe la guarda con promesa de adopción” y que “hay medidas excepcionales cuando los chicos no pueden estar en determinados lugares en los que están en riesgo”. En este sentido se refirió al caso de las trillizas: “Probablemente estas tres niñas no egresen con su mamá biológica, sino con una familia de tránsito. Entiendo que no se las pueden dar a la mamá porque hay que hacer un trabajo con ella”, dijo.
Sobre el caso Titi explicó que “el juez tiene seis meses para resolver la situación de adoptabilidad de un menor y en este caso la jueza no lo resolvió en ese tiempo, pasaron dos años”, además agregó que “hay que ver siempre la situación en particular y pensar en qué es lo mejor. Una situación en la que un nene ha estado más de un año viviendo con una familia y construyó un vínculo, es imposible sacarlo de ese hogar”.
Fuente: La Nación