Discurso de la Directora de la Escuela Primaria Nº4 Daniela Delfini

Hace más de 200 años nuestro país comenzaba su historia como Nación independiente y soberana.

Recordemos que en 1816, nuestro país no pasaba por un buen momento ni en lo económico, ni en lo político. Existía la amenaza permanente de una mayor penetración de tropas españolas que luchaban por mantener su poder.

También existían conflictos internos porque no se llegaba a un consenso respecto al sistema político que se debería implementar. Pero sin embargo, pese a los numerosos desacuerdos y a todos los inconvenientes, los congresistas reunidos en Tucumán optaron por declarar solemnemente la independencia respecto de España.

La mañana del 9 de julio de l816, cuando Juan José Paso, luego de leer la proposición dentro de un clima de gran expectativa, preguntó a los diputados si deseaban que las provincias de la Unión conformaran una nación libre e independiente de los Reyes de España, lo congresistas, más allá de los desacuerdos, respondieron afirmativamente con una aclamación cerrada y luego, individualmente, ratificaron la aprobación.

Este consenso unánime respecto a la declaración de la independencia nos hace reflexionar respecto a la valentía que tuvieron los protagonistas de nuestra historia para hacer frente a sus diferencias personales y a las dificultades que se les presentaban.

Esa reflexión debe permitirnos entender que la independencia se declaró en 1816, se luchó en las batallas de Güemes, San Martín y Belgrano, pero que también es un proceso que nos incluye a cada uno de los argentinos, nos compromete y nos necesita para afianzarla cada día más, Cómo?…..en el estudio diario, el trabajo bien hecho, el esfuerzo en el desarrollo de la tolerancia, la responsabilidad, el respeto por los demás, avanzando en el convencimiento de que este es un país joven, con una democracia que debe perfeccionarse y consolidarse.

Y porque esta tierra es joven, es que necesita hundir sus raíces en el pasado, con glorias y fracasos, pero un pasado que es nuestro y que nos enseña en cada página de la historia la forma de corregir el rumbo.

Los países no poseen el título de “independientes” solo por firmar un Acta. Son independientes cuando el pueblo, las personas que lo habitan, tienen conciencia de ello y ejercitan su independencia.

Cada uno de nosotros somos responsables y protagonistas del presente y futuro del país. Porque la historia no la hacen solamente los próceres sino también las personas comunes, como cada uno de nosotros.

Aún estamos a tiempo de revisar nuestras actitudes cotidianas y ser verdaderamente libres. Emulando la valentía de aquellos hombres que decidieron cortar lazos con España para ser responsables de una historia independiente, así podríamos asumir verdaderamente nuestro propio destino y construir un país solidario, más honesto, más responsable y justo.

Recordemos para finalizar algunas estrofas de un poema de Jorge Luis Borges, llamado “Oda escrita en 1966”

Nadie es la patria, pero todos debemos

ser dignos del antiguo juramento

que prestaron aquellos caballeros,

de ser lo que ignoraban, argentinos,

de ser lo que serían por el hecho

de haber jurado en esa vieja casa.

Somos el porvenir de esos varones,

la justificación de aquellos muertos;

nuestro deber es la gloriosa carga

que a nuestra sombra legan estas sombras

que debemos salvar.

Nadie es la patria, pero todos lo somos.

Arda en mi pecho y en el vuestro, incesante,

ese límpido fuego misterioso.

Los hombres y mujeres de hace 201 años atrás nos dejaron como herencia esta tierra, nuestro País; la libertad y el sentido de identidad nacional.

Como educadora les quiero pedir que, juntos, sigamos sembrando en este suelo argentino semillas de justicia, fraternidad, unión, solidaridad, comprensión, diálogo y responsabilidad. Seguramente ellas florecerán y los niños del presente tendrán el país que se merecen.

Es nuestro deber, como lo fue en 1816, defender nuestra identidad, nuestra tierra.

Y seguir gritando todos juntos….

¡Viva la Independencia!

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