La extensa batería de medidas solicitadas por la fiscal Ana María Caro desde la aparición del cuerpo mutilado de un menor a la vera de la ruta 11 estuvieron en sintonía con una doble hipótesis: la desaparición de la criatura no había sido denunciada o se trataba de restos que habían sido profanados. En las últimas horas se agregó una línea de trabajo que podría relacionar el hallazgo a un doble homicidio cometido en Tucumán.
En tal sentido la fiscalía solicitó que se envíe una fotografía de un niño que desapareció con su madre -identificada como Milagros Avellaneda- a finales de octubre pasado y que suponen fueron asesinado por la pareja de la mujer. “Se pidió la última imagen actualizada del niño para compararla con la reconstrucción digital de rostro del cuerpo hallado en el arroyo La Totora que está elaborando la Policía Federal”, confirmó una fuente cercana a la investigación.
Más allá de esta nueva pista que intenta profundizar la fiscal, también se aguardan los estudios de ADN de las muestras que se extrajeron durante la autopsia. Los análisis comenzaron en los laboratorios de San Martín y La Plata y podrían estar disponibles antes del próximo fin de semana.
Desde un comienzo los investigadores señalaron que el origen de las dificultadas para esclarecer el hecho fue la imposibilidad de identificar los restos. Hasta tal punto se entorpeció la tarea por parte de quien o quienes mutilaron el cuerpo que ni la propia operación de autopsia permitió establecer el sexo de la víctima. Tal como reportó el informe de los peritos, el cuerpo fue manipulado con una persona con conocimientos médicos o en el empleo de instrumental. Consigna 0223.