Jugadores e hinchas de Sarmiento le dieron una feroz golpiza a la terna arbitral en la semifinal del Federal B. También la pasó mal la delegación de Sansinena y periodistas de Interior Futbolero.
Las cámaras muestran todo y no sólo la justicia deportiva deberá actuar, sino que la justicia penal deberá intervenir y penar a los responsables de una barbarie como hacía tiempo no se veía en una cancha del fútbol argentino. Por agresiones, por lesiones, por hacerlo en bandada sobre hombres que no se podían defender y que la sacaron barata porque hubo algunos jugadores de Sarmiento que hicieron de escudo humano y los fueron cubriendo de los golpes hasta que ingresó un patrullero a la cancha y los pudieron meter dentro.
Todo comenzó cuando transcurrían 20′ del complemento, Herrera intentó meterse al área de Sansinena marcado por Lucanera y se dejó caer, la jugada siguió y Juan Pablo Scheffer del otro lado señaló el 2 a 1 para los de General Cerri que empezaba a definir la serie semifinal del Federal B, ya que en la ida se habían impuesto los albirrojos por 1 a 0. Enardecidos, todos los jugadores de Sarmiento se fueron encima del árbitro, con empujones e insultos. Cuando los pudieron frenar, Claudio Elichiri determinó que tenía que expulsar al menos cinco hombres del local y, por ende, suspender el encuentro por inferioridad numérica (el reglamento indica que no se puede jugar con menos de 7 jugadores).
En ese momento, todo se descontroló. Porque mientras el azuleño le avisaba la decisión a los capitanes y pedía garantías por parte de la policía, empezaron a ingresar hinchas a la cancha.Consigna 0223. El primero que lo hizo fue directo a pegarle al árbitro, algunos jugadores reaccionaron de la misma manera y un grupo de casi 40 personas rompió una puerta y también fue a la “caza” de los tres hombres de naranja. La imagen de los árbitros corriendo sin saber para donde ir, es escalofriante. Para donde se movían, encontraban alguien que los golpeaba, ante la desesperación de propios jugadores de Sarmiento que buscaban defender y cubrir a los jueces. El marplatense Pablo Otemuro (3), capitán rojinegro, predicó con el ejemplo y fue el primero en tratar de evitar que le pegaran a uno de los líneas, César Espende (6) y el experimentado Pablo Sosa (10) hicieron lo mismo, para mostrar que lo de las pulsaciones muchas veces no es más que una excusa, porque ellos estaban en la misma situación y tuvieron una reacción más racional y humana.
Sansinena clasificó y esto será una anécdota. Sarmiento quedó eliminado pero también es lo de menos. Ojalá de una vez por todas el Tribunal de Disciplina se ponga los pantalones y tome una medida ejemplar, que marque precedentes y que termine con este tipo de situaciones dentro de una cancha de fútbol. Seguramente saldrán voces de arrepentimiento y pedido de disculpas, pero el daño ya está hecho, el deporte fue otra vez manchado por salvajes vestidos de jugadores o de hinchas, que creen que un fallo arbitral erróneo (cabe aclarar que en este caso no lo fue, acertó Claudio Elichiri en no cobrar penal), les da derecho a cualquier cosa.