DISCURSO 25 DE MAYO 2016 del Prof. Marcelo D. Migueles

Señor/a Intendente Municipal, Señor Presidente del Honorable Concejo Deliberante y señores Concejales, Señor Presidente del Consejo Escolar y Consejeros, Inspector Jefe Regional de Gestión Estatal y autoridad regional de Gestión Privada, Inspectora Jefe Distrital, Inspectores de Enseñanza, autoridades civiles, eclesiásticas, militares, representantes de entidades de bien público, equipos directivos, docentes, alumnos, familias, comunidad:

Deseo compartir con todos ustedes algunas palabras que nos lleven a reflexionar acerca de la necesidad de expresar – como cada año que transcurre y de manera reiterativa – ideas, conceptos y sentimientos que debieran despertar en nosotros ese patriotismo un tanto desdibujado en esta Argentina de hoy.

Sería oportuno y correcto, porque no decirlo, hablarles de las grandes hazañas de los hombre de mayo, pero prefiero invitarlos a preguntarse qué tan lejos estamos de su forma de proceder en el compromiso por construir – sobre la base del respeto y convicciones claras – una sociedad consciente de la necesidad de unión.

A pocos días de establecida la Junta, Mariano Moreno creó La Gazeta de Buenos Aires en la convicción de que “el pueblo tenía derecho a saber la conducta de sus representantes” y afirmando el principio de la libertad de escribir – hasta entonces inexistente –publicó:

“[…] Desengañémonos al fin que los pueblos yacerán en el embrutecimiento más vergonzoso, si no se da una absoluta franquicia y libertad para hablar en todo asunto que no se oponga en modo alguno a las verdades santas de nuestra augusta religión, y a las determinaciones del gobierno, siempre dignas de nuestro mayor respeto. Los pueblos correrán de error en error, y de preocupación en preocupación, y harán la desdicha de su existencia presente y sucesiva. No se adelantará en las artes, en los conocimientos útiles, porque no teniendo libertad el pensamiento, se seguirán respetando los absurdos que han consagrado nuestros padres, y han autorizado el tiempo y las costumbres […]

Si se oponen restricciones al discurso vegetará el espíritu como la materia y el error, la mentira, la preocupación, el fanatismo y el embrutecimiento harán la divisa de los pueblos y causarán para siempre su abatimiento, su ruina y su miseria”.

La Primera Junta se ocupó de la educación del pueblo, se hizo manifiesta la preocupación por crear más establecimientos de enseñanza para la juventud. Se anunciaba el llamado “a los hombres sabios quienes reglando un nuevo establecimiento de estudio,

adecuado a nuestras circunstancias, formaren el plantel que produzca algún día: hombres que sean el honor y la gloria de la Patria”.

Solo con estas afirmaciones, vale la pena preguntarnos qué país deseamos para nuestros jóvenes. Parafraseando a otro grande de nuestra historia Manuel Belgrano:

“Me hierve la sangre, al observar tanto obstáculo, tantas dificultades que se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por la patria”. “Trabajé siempre para mi patria poniendo voluntad, no incertidumbre; método no desorden; disciplina, no caos; constancia no improvisación; firmeza, no blandura; magnanimidad, no condescendencia.”

En este país que se aproxima al bicentenario de la independencia, donde muchos tienen qué decir en las redes, donde el ejemplo adulto se ve reflejado en lo que en ellas se escribe y no condice con lo que debemos legarles, pensemos que los forjadores de nuestra patria también fueron parte de una grieta y que sirvió para unirlos en un objetivo por encima del individualismo mezquino, egoísta y sin un nosotros por delante.

Mostremos que el camino a seguir se transita sobre la base del diálogo, el respeto de todas las opiniones, la búsqueda de consensos, el trabajo en equipo pero por sobre todas las cosas el respeto a la ley, a nuestras instituciones y autoridades, a nuestros mayores. Enseñemos ese camino desde el ejemplo, acerquémonos un poco más al accionar de los patriotas de 1810 para que nuestros jóvenes del siglo XXI no sientan que existe una brecha inalcanzable entre ellos y nosotros.

Que estas palabras lleguen a cada uno de ustedes para que veamos más argentinos, orgullosos de ser argentinos. ¡VIVA LA PATRIA!

GRACIAS

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