Gracias al trabajo conjunto realizado por el Instituto Antártico Argentino y el Instituto de Oceanografía y Geofísica Experimental de Italia, las bases permanentes de nuestro país cuentan con la red de sismógrafos más extensa del continente blanco y que es de “importancia internacional para la comunidad científica”.

A bordo del buque ruso Vasily Golovnin que realizará el aprovisionamiento de las bases argentinas viajan dos científicos del instituto italiano que posee su sede en Trieste y que realizarán el mantenimiento anual de la red sismológica.

La base Belgrano 2 es la más austral y no posee actividad sísmica propia, de modo que por sus condiciones de aislamiento no tiene “ruidos” y puede detectar movimientos telúricos en NepalSegún explicó a Télam Claudio Cravos, dos de los seis aparatos instalados tienen vital importancia, ya que aportan información sobre volcanes activos cercanos o por ser capaces de detectar sismos que ocurren en otros continentes.

“Los datos obtenidos y transmitidos en tiempo real son un patrimonio precioso para la comunidad científica internacional”, explicó.

La información más valiosa proviene de la base Belgrano 2 que, siendo la más austral, no posee actividad sísmica propia pero que, en cambio, por sus condiciones de aislamiento no tiene “ruidos” y puede detectar movimientos telúricos en Nepal.

“Por otra parte la que más actividad registra es la Base Orcadas: está muy cerca de las islas Sandwich donde hay cuatro volcanes activos y está en el borde de una placa tectónica”, señaló Cravos.

Desde el punto de vista logístico, la tarea no es sencilla a pesar de que los sismógrafos instalados funcionan en forma remota: “Hay un problema práctico, la comunidad científica necesita ancho de banda y para eso hay que invertir en comunicación, porque el dato científico es más valioso si está transmitido en tiempo real”, concluyó Cravos. Telam