Gastón Manes tendrá un cargo clave en la UCR

En un clima de inocultable tensión con el ala dura del PRO liderada por Mauricio Macri, el radicalismo cumplirá el 27 de este mes en La Plata un trámite formal pero con mucho de definición política de cara a 2023: designará a Gastón Manes como presidente de la Convención nacional.

Se trata de todo un gesto cargado de significación no sólo para adentro sino también hacia afuera de los límites partidarios. Gastón es hermano de Facundo Manes y ese nombramiento supone un fuerte espaldarazo a la candidatura presidencial del neurocientífico.

El hecho es trascendente además porque la Convención partidaria maneja una dosis de poder que se asienta en sus incumbencias: es el organismo de la UCR encargado de definir las políticas de alianzas electorales.

El otro dato político central de la definición que alumbrará en menos de diez días es la ratificación de la centralidad que viene ganando el Comité Provincia de la UCR en las decisiones nacionales del partido. En ese organismo liderado por Maximiliano Abad comenzó a incubarse el proyecto político de Facundo Manes que tuvo su bautismo de fuego en las elecciones de 2021 cuando enfrentó al PRO liderado por Diego Santilli en las Primarias.

La tenida radical tendrá como escenario las instalaciones del Coliseo Podestá. Hasta allí llegarán convencionales de todo el país y encumbrados dirigentes partidarios, entre otros, el presidente del Comité Nacional, Gerardo Morales.

En términos políticos, la designación de Gastón Manes supone un respaldo fuerte a las ambiciones presidenciales de su hermano. Fuentes partidarias aseguran que la postulación de “Chinchu” Manes (el sobrenombre con el que se conoce en Salto al hermano del diputado nacional) encuentra un “amplio consenso”. Rondaba en el horizonte la posible aparición de un candidato auspiciado por Martín Lousteau, que sería Hernán Rossi.

La decisión del radicalismo parece ir más allá que el cumplimiento de una formalidad. De alguna forma, robustece las aspiraciones de Facundo Manes de transformarse en el candidato radical para la pelea presidencial dentro de Juntos por el Cambio.

Con Lousteau que acaba de blanquear que irá por el gobierno porteño y el senador Alfredo Cornejo encaminado a volver a Mendoza, sólo quedaría en pie la postulación del propio Morales y las versiones que circundan la figura del gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés. Poner en manos de un Manes la Convención nacional, supone un señal fuerte.

Sin embargo, esa definición puede que dé indicios respecto de una primera decisión de la UCR. En medio de la tensión que existe en Juntos por el Cambio con la reaparición de Mauricio Macri y su idea de acordar con el libertario Javier Milei, la Convención puede que brinde alguna señal en relación al perfil de alianza electoral que pretende.

Macri, en un encuentro con legisladores del PRO, salió a torear a los radicales. No sólo eso: planteó a sus diputados no seguir a la bancada radical en todas las votaciones parlamentarias. Quienes se atreven a leer el pensamiento de Macri, decodifican que el ex mandatario pretendería ir hacia un acuerdo electoral de centroderecha. Muchos radicales dicen que, en ese marco, no cuenten con ellos. Consigna El Dia.

Frente a ese escenario no pocos empiezan a mirar aquella tertulia de San Isidro en la que Morales compartió asado con peronistas no K como el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, el anfitrión Juan Manuel Urtubey, Randazzo y Graciela Camaño. Allí estuvieron además Emilio Monzó y Rogelio Frigerio.

Manes, mientras tanto, insiste en convocar al “centro popular” para su proyecto presidencial, una definición que, a priori, queda lejos del macrismo.

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