El viudo Carlos Carrascosa fue absuelto por el crimen de su esposa, la socióloga que hace 14 años fue asesinada de seis balazos en la cabeza en su casa del country Carmel de Pilar, según lo resolvió la Cámara de Casación bonaerense.
“Tengo la grandeza de ser inocente. Si fuera culpable, estaría saboreando tres botellas de champagne”, dijo esta tarde Carrascosa (72) luego de que el Servicio Penitenciario le retirara la tobillera electrónica con la que cumplía prisión domiciliaria y recuperara la libertad.
En la puerta de la casa de unos amigos de la localidad de Luján, donde estaba alojado desde hacía tres meses, el viudo adelantó que le hará juicio al Estado a raíz de los siete años que estuvo preso y que se presentará como querellante en la causa.
“Pido ayuda para lograr mi segundo objetivo, que ahora es saber quién mató a María”, sostuvo el viudo, ya que el 27 de octubre del año próximo la causa prescribirá.
Carrascosa aseguró que no tiene amigos en el poder, que es un hombre pobre y que no volverá a la casa del country Carmel, de Pilar, en donde fue asesinada su esposa el 27 de octubre de 2002, la cual planea vender cuando pueda finalizar la sucesión.
El fallo que absolvió a Carrascosa fue firmado por una sala de transición del Tribunal de Casación Penal, especialmente conformada por los jueces Víctor Violini, que redactó el voto principal, y sus colegas Martín Ordoqui y Daniel Carral.
Según la resolución, a la que tuvo acceso Télam, el viudo fue absuelto por los delitos de “encubrimiento agravado y homicidio calificado por el vínculo”, por los que había sido condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 6 de San Isidro, en 2007, y la sala I del Tribunal de Casación, en 2009.
Además de disponer la inmediata libertad del viudo, los camaristas ordenaron que se investigue si existieron irregularidades en la investigación por parte del fiscal Diego Molina Pico, y que se remitan copias al Jurado de Enjuiciamiento, a la Procuración bonaerense y al presidente de la Suprema Corte de Justicia provincial.
Todo el expediente de Molina Pico fue criticado: desde que solicitó la autopsia recién a 17 días del crimen, por pedido de la familia, hasta que fue variando la acusación en base a las mismas pruebas y tomando la parte de los testimonios que encajaban con su hipótesis.
Como punto principal, se cuestionó que el horario en que según el fiscal se cometió el homicidio (entre las 18.41 y a las 19) “se encuentra desautorizado” por el que establecieron los médicos que realizaron la autopsia, ya que consideraron que María Marta fue asesinada a las 18.30, una hora antes del primer intento de reanimación que tuvo.
“Lo que resulta es que si Carrascosa llegó a su domicilio en el horario que afirma el fiscal, no es posible que sea el autor del homicidio”, remarcó el juez Violini, según quien está probado que antes vio un partido de fútbol en la casa de sus cuñados Irene Hurtig y Guillermo Bártoli, pasó por el club house y finalmente fue a la casa, donde halló muerta a su esposa.
Al respecto, dijo que si bien no pudieron dar mayores precisiones, los empleados lo vieron en el club house del country entre las 18 y las 19 horas y que en el juicio por encubrimiento las franjas horarias se desdibujaron y sólo se lo podía situar en la casa entre las 18.52 y las 19.
“El inconveniente con esta franja de menos de diez minutos es que de aceptarse debería concluirse que el imputado cometió el delito, acomodó someramente el lugar, salió y volvió a su domicilio, todo ello, en apenas siete minutos, si el primer llamado a la casa que constató el VAIC data de las 18.59 horas”, remarcó el camarista.
Los jueces también dijeron que “la prueba testimonial resultó contradictoria a lo largo del expediente”, que “no dice necesariamente lo que el fiscal dice que dice”, y que hay datos erróneos como que la víctima sufrió una brutal golpiza, cuando esto no surge de la autopsia.
Además, se recordó que fue negativo el resultado de ADN cuando se comparó la sangre del viudo con la hallada en la escena del crimen y que nunca se probó que se haya pagado al médico Juan Gauvry Gordon y a la masajista Beatriz Michelini para que encubrieran el hecho, entre una gran cantidad de “inconsistencias”.
La socióloga García Belsunce (50) fue hallada muerta el 27 de octubre de 2002 en su chalet del country Carmel de Pilar, con medio cuerpo semisumergido en la bañera y su marido declaró siempre que él pensó que había sufrido un “accidente” y se había golpeado la cabeza con una viga y las canillas.
La autopsia practicada a 36 días del hecho comprobó que había sido asesinada de seis balazos en el cráneo, cinco de los cuales penetraron y el sexto -“el pituto”- que le rebotó, con un arma calibre .38 largo que nunca apareció.
En un primer juicio, el viudo fue condenado por el TOC 6 de San Isidro en 2007 sólo por el “encubrimiento” y absuelto por el homicidio, pero en 2009 el Tribunal de Casación bonaerense lo condenó directamente a prisión perpetua como autor del crimen de su esposa, tras lo cual siguieron numerosas apelaciones hasta la revisión total de la causa que se realizó ahora.