DESDE TEMPRANO, UNA MULTITUD SE CONGREGÓ EN EL PREDIO DE LA CIUDAD DEPORTIVA DE LA HABANA, DONDE LOS ROLLING STONES OFRECIERON UN SHOW GRATUITO, INÉDITO EN CUBA, CON EL QUE CERRARON SU GIRA LATINOAMERICANA “OLÉ TOUR 2016”.
La legendaria banda de rock británica tocó al aire libre y en forma gratuita ante decenas de miles de fans en la Ciudad Deportiva de La Habana, en un concierto que abrió Mick Jagger hablando en español.
“Hola Habana, buenas noches mi gente de Cuba”, dijo el líder de la banda, según consignó la agencia DPA.
Mick Jagger, Keith Richards, Ronnie Wood y Charlie Watts subieron al enorme escenario de unos 80 metros de ancho, por 20 de fondo y otro tanto de altura, en lo que seguramente fue la fiesta más esperada de los últimos años en Cuba.
Los cuatro Stones estuvieron acompañados por Darryl Jones en bajo, los teclados del virtuoso Chuck Leavell y Matt Clifford; los bronces de Tim Ries y Karl Denson; y los coros de Bernard Fowler y Sasha Allen, quienes lo acompañaron en sus tres conciertos de febrero en el estadio Único de La Plata.
Desde temprano, una multitud se congregó en el lugar. A unos 500 metros del enorme predio aparecía el primer cordón del dispositivo de seguridad que montó el gobierno cubano para la que se anunció como una fiesta de la mítica banda inglesa.
Las puertas de la alambrada perimetral se abrieron a las 14 e ingresaron a paso veloz para capturar los primeros lugares miles de jóvenes, muchos de los cuáles pasaron la noche en carpas, pese a la prohibición de acampar.
Hubo tribus que habitualmente no se ven en las calles céntricas de La Habana. Piercings, tatuajes, alguna rasta, remeras negras con inscripciones rockeras y muchas banderas. De Cuba, alguna de los EEUU, y muchas con la clásica lengua del logotipo de la banda.
La visita de los Stones habilitó a las tribus rockeras cubanas a emerger, a mostrarse libremente en la superficie, además que su visita, por tratarse de un evento histórico, reúne a fans de todos los géneros que incluye el amplio abanico rockero, cosa que habitualmente no sucede en países de mayor tradición rockera.
No faltaron las guitarras para matar el tiempo de espera y al recorrer la fauna se encontró muy poco alcohol, que está prohibido para este espectáculo, y no se nota, al menos por los sectores que recorrió Télam, los clásicos aromas que se perciben en Argentina en estas concentraciones.
Hizo mucho calor y se desplegó un buen dispositivo de sanidad, con carpas ubicadas estratégicamente, así como baños portátiles de chapa, que no son químicos ni mucho menos, pero cumplen la función.
http://www.telam.com.ar/notas/201603/140846-una-multitud-variopinta-espera-desde-temprano-el-recital-de-los-rolling-stones.html