Una especie que se encuentra amenazada por los desplazamientos y la actividad humana.
Investigadores de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata realizan un importante estudio sobre las variables que intervienen en el estado de conservación del venado de las pampas, una especie que se encuentra en las llanuras sudamericanas, amenazada por los desplazamientos y la actividad humana.
El trabajo, compartido con la Universidad Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires, es de gran importancia para el relevamiento de la especie, ya que sirve para analizar el presente de las poblaciones del animal y evaluar estrategias a seguir para asegurar la supervivencia en nuestro territorio del Ozotoceros bezoarticus.
El venado de las pampas puede llegar a pesar 45 kilos y medir un metro y medio de largo. Alguna vez fue una especie abundante en las llanuras argentinas, pero la actividad humana encabezada por la agricultura y la ganadería menguó la población, concentrando a los pocos ejemplares que quedan en zonas muy específicas que, aunque modificadas por la agroindustria, actúan como reservas naturales.
La investigación evalúa la influencia de las actividades agroganaderas sobre la población de venado en el centro del país. Es realizada por María Belén Semeñiuk, de la División de Zoología Vertebrados del Museo de Ciencias Naturales de la UNLP, y Mariano Merino, del Centro de Bioinvestigaciones de la UNNOBA.
Los registros históricos señalan que el venado era una especie abundante en los grandes pastizales sudamericanos hasta mediados del siglo XIX, cuando su distribución abarcaba parte de Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay y centro de Argentina, y fue reduciéndose a medida que el hombre avanzaba y modificaba su medio ambiente.
Actualmente hay sólo cuatro poblaciones aisladas en el país, distribuidas entre las provincias de Corrientes y Santa Fe, en la zona de Bahía de Samborombón y en el sur de la provincia de San Luis, la más extensa de todas.
Las estimaciones realizadas por distintas entidades de conservación establecieron que la retracción de la población hacia áreas marginales y la disminución de individuos de la especie, ponen en riesgo la existencia del venado, encontrándose en virtual “peligro de extinción” en la región.
Básicamente, la investigación se centra en los cambios provocados por las acciones del hombre sobre áreas de pastoreo extensas mediante la agricultura y la ganadería, que implicaron la abrupta modificación de los hábitos de alimentación del animal.
El trabajo realizado por los investigadores, comenzó en 2006 en una zona específica por la abundancia de pastizales y de especies que la habitan. El lugar, conocido como la estancia “El Centenario”, resultó el sitio ideal para realizar la investigación porque fue el “epicentro de la intensificación en la actividad agropecuaria ocurrida en el área”, explican los especialistas.
La investigación propone analizar el “tamaño poblacional, el uso del hábitat, la estructura social y el comportamiento de esta especie” en un sitio afectado por los cambios antes mencionados, aprovechando además información previa relevada por otros organismos, que permiten tener un parámetro de medición comparativo.
“En Argentina existen cuatro núcleos de población con una cantidad estimada de 3000 ejemplares”, indicó Semeñiuk; y agregó: “la mayoría de estos animales se fueron aislando por la modificación del ambiente, la caza y la agricultura”.
El venado de las pampas actualmente está declarado “Monumento Natural Provincial”, una categorización que le otorga máxima protección en algunas provincias, a la que se sumaría un “plan nacional de conservación” ya aprobado para promover las acciones de preservación en todo el territorio, señalan los investigadores.
En el caso específico del núcleo de población que existe en la provincia de San Luis, lugar en el que los expertos de la UNLP y la UNNOBA realizan el trabajo de campo, “la actividad agropecuaria comenzó a intensificarse y se produjeron cambios, reemplazándose el pastizal natural por pasturas exóticas de mayor rendimiento como la digitaria o el pasto llorón”, apuntó Semeñiuk.
“En nuestro trabajo, observamos que el núcleo poblacional de venados que habita en la estancia ‘El Centenario’ no había sido afectado por causa de la intensificación de la actividad agropecuaria”, destacaron los doctores Merino y Semeñiuk, y agregan que unos 700 ejemplares se encuentran en las mismas áreas que antes del reemplazo del pastizal natural.
“Previo a nuestro estudio, el ganado era considerado como un posible competidor para el venado, pero las observaciones realizadas permiten inferir que la convivencia entre éstos y las especies de importancia comercial puede ser posible si se realiza un manejo sustentable del pastizal, lo que supondría un riesgo menor en la conservación del animal” afirmaron.
Y reflexionaron: “la posibilidad de mantener poblaciones en un agroecosistema abre un importante camino hacia la conservación de la especie, siendo necesario considerar las actividades agropecuarias a la hora de tomar decisiones de manejo del venado”.
Los investigadores reconocen además la importancia de crear áreas protegidas como medida de conservación, pero la realidad es que actualmente son los propietarios de los establecimientos privados quienes toman las decisiones de manejo que afectan la especie”, por lo tanto, no puede considerarse la preservación de la especie como un aspecto separado del desarrollo económico local.
“Creemos que la población de venados de San Luis presenta buenas perspectivas de ser conservada a pesar de estar dentro de un sistema agropecuario, pero es imprescindible tener como principales aliados a los productores de la zona, quienes deberán considerar las decisiones de manejo sobre los territorios con miras a la preservación, por lo menos hasta que un área protegida o una zona de conservación sea establecida oficialmente”, concluyeron Merino y Semeñiuk.