DERRUMBE DEL PUENTE SOBRE EL RIO SALADO – ¨NO HAY IMPREVISTOS DE UN AÑO Y MEDIO, HAY NEGLIGENCIA DE UN AÑO Y MEDIO¨

El Puente ¨El Guerrero¨ se encuentra en el kilómetro 166 de la Autovía 2 entre los Partidos de Lezama y Castelli sobre el Río Salado y tiene gravísimas anomalías estructurales que datan de varios años, está a la vista su resquebrajamiento. No se han realizado las obras de terraplenado ni vías alternativas que impidan la rotura de las rutas ni que permitan el transporte.

En tal sentido, Ramiro Gutiérrez, Vicepresidente I de la Cámara de Diputados expresó ¨Desde que Daniel Scioli es gobernador no se han proyectado ni ejecutado obras para que el Río Salado sea una vía navegable para el transporte de la producción¨.

El puente en cuestión, construido a finales del siglo XIX, presenta anomalías desde el año 2007 y el puente ferroviario en construcción podría correr la misma suerte. Se presume que al haber reducido el caudal del Río Salado con tierra compactada para que en ese espacio ¨ganado al río¨ puedan operar las máquinas viales que construyen el puente ferroviario, la corriente del mismo habría dañado la estructura de las columnas del carretero que hace dos años resultaron colapsadas y provocaron el hundimiento del puente.

¨Recién ahora avistan problemas estructurales en el puente cuando existe un antecedente similar, ya que hace dos años fue cerrado por el mismo motivo, clausurándose para todo tipo de tránsito ante la probabilidad de derrumbe por la acción del agua sobre sus bases¨, expresó el legislador dolorense.

A todo esto, y tras la decisión de la empresa concesionaria de la Autovía 2 que decidió cerrar el carril, debe sumarse el peligro de siniestros viales, teniendo en cuenta que se trata de la ruta más transitada del país en temporada de verano y que la mano contraria del puente se ha convertido en única mano camino hacia la costa atlántica con un tránsito de 2500 automóviles por hora.

Desde hace un año y medio se está tercerizando la actividad y se están adquiriendo dragas a países extranjeros a precios exorbitantes cuando, en realidad, el Estado provincial podría haberlas comprado para realizar las tareas pudiendo, de este modo, capitalizarse para el mantenimiento permanente de las mismas en todos los canales de la cuenca del Río Samborombón.

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